No hay vuelta atrás, pisaré el real como debe ser, y un año más volveré a decir aquello de... "Acabo de llegar y ya estoy deseando de irme".
Con un día de Feria tengo suficiente ración de sevillanas, albero, niños, calle del infierno , rebujito y risitas de compromiso (por no mostrar mi verdadera cara), para estar loca por que la Feria se acabe.
¿Y si eso ocurre?, ¿porqué voy?, eso quisiera saber yo...
Aún no hemos quitado la cera del asfaltado pavimento del centro de la ciudad, cuando el agobio nos acecha, agobio que llega a su cúlmen cuando pisamos el albero y que no se va hasta que desde la azotea de la casa sita en la calle
ResponderEliminarSil 27 de Coria del Río se vean, a lo lejos, el resplandeciente color del cielo de Sevilla con los cohetes que dan el colofón a la fiesta. Paciencia
A diferencia de la Semana Santa, la feria no afecta al funcionamiento diario de la ciudad. No convierte el centro histórico en un tapón al que es imposible entrar y del que es imposible salir. Para los que trabajamos en el centro es magnífico salir por la mañana una hora antes de lo acostumbrado y llegar a casa una hora después. Todo porque una serie de personas de dedican a sacar todos los santos en procesión durante la misma semana.
ResponderEliminarPara más inri, tenemos que aguantar eso de "pues vete a matalascañas"... Iros ustedes a Sevilla Este o al Polígono Calonge!!!
Al final acabamos huyendo en desvandada a cualquier lugar donde a la gente no se le vaya tanto la cabeza como en Sevilla.
A VER SI ADIVINAS QUIEN SOY...