Se trata de un sentimiento que va mas allá de lo deportivo, es una pasión a unos colores que ahora, cuando los resultados y la propia imagen de mi Betis están en los peores momentos, más orgullosa estoy de sentir mi sangre verde y más bética me siento.
¡Viva el Betis!
No todos los años va a soplar el viento en contra en la avenida de la palmera, ni a favor en la pocilga de nervión; tu presidente tiene en sus manos un giro de timón que nos lleve de nuevo a la cima de la primera división: SERRA RENOVACIÓN YA!!!
ResponderEliminarCon lo de "pocilga" el tal finidiblanco se define a la perfección. ENHORABUENA. Que dura es la realidad. Y lo peor es que aún no ha terminado
ResponderEliminarQue alegría que seas bética!. Esto del sentimiento verdiblanco es en lo único que me parece que se debe ser fijo, inmóvil, asentado como la Giralda. En lo demás, sobre todo en lo de votar cada vez que se nos llama, soy flexible, dependiente, fluctuante. Lo intento racionalizar, observar, leer lo que dicen y comprobar lo que hacen, y finalmente decubrir el placer de no votar al mismo partido que la vez anterior, da una sensación mareante de libertad que reconforta, de no pertenecer a nadie, de ser dueño de ti mismo.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con el "usuario anónimo", el "finidi blanco" se ha equivocado con lo de "pocilga". Ellos, los "palanganas" están ahí y querámoslo o no, tenemos que convivir con ellos, y la verdad, muchos de ellos son gente magnífica.