domingo, 8 de octubre de 2006
Los inmortales
Nos cruzamos en la puerta de un bar después de veinte años sin vernos,
tras unos segundos observándonos inmóviles donde la sorpresa se hizo dueña del momento, nos saludamos timidamente.
- ¿te casastes?, si, me casé; ¿tienes hijos? si, dos; yo también.
En los ojos de él brillaba la pregunta de lo que pudo haber sido y no fué.
Aquella película nunca fueron a verla juntos.
Siempre que escuchaba a Queen cantar su banda sonora me acordaba precisamente de eso, de lo que pudo haber sido y no fue.
Se alegró de verme, y al oido me dijo que estaba muy guapa.
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Cangreja.
ResponderEliminarAlguien le estará cantando "Corre"...
ResponderEliminarmuy agudo, si señor.
ResponderEliminar...y ahora que feliz estaba yo, tu te acuerdas de mí, eeee.
Uu uu uá...
ResponderEliminarQuiero una historia como la suya.
Gran microrelato. No por ser verdad lo narrado deja de ser un relato. Es tanto lo que condensas en estas líneas que podrían ser el guión de un cortometraje (de apenas un minuto) pero también el argumento de un novelón de tamaño ruso. ¡Vaya mezcla de sensaciones!
ResponderEliminarSoy una soñadora sentimental incontrolable...
ResponderEliminarSe llama Reyes, para en el Tremendo y en el Rinconcillo y dicen que es guapa... Está claro que es usted de esa gente que pulula por la red a la que gustaría poner cara.
ResponderEliminarNada, te llevarías un chasco si me conocieras, no soy un bellezón, es que mi amigo no sabía que decir...
ResponderEliminarY lo del nombre sevillano es para despistar, en realidad soy rusa.
¡Además graciosa!
ResponderEliminarJejeje! Y lo niega todo menos que copea en el Rinconcillo.
ResponderEliminarYa sé quién eres!:
ResponderEliminar"Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos."
no lo creo...
ResponderEliminarNo se crea Vd, maese rancio, que me suelen pasar esas cosas normalmente. ¿y su blog?
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