viernes, 4 de julio de 2008

Diógenes y servidora

Lo reconozco, tengo un poco de síndrome de Diógenes, me encanta pararme cada vez que veo muebles viejos en la basura, donde a veces me he topado con alguna sorpresa y he dejado verdaderas maravillas por no poner en juego un posible abandono familiar. Y es que me apasiona resucitárlos, más que restaurarlos. Mi última adquisición fué un macetero, sucio, barnizado oscuro y con falta de algunas bolitas de madera que le adornaban. Tras pasar el primer filtro, conseguí llevármelo a casa, un buen lavado y a continuación todo un proceso de lijado y decapado. Esto es lo más alucinante, poco a poco va dándose a conocer mostrándo el color original de la madera, que resultó ser nogal. Varios días secándose, y el resultado final merece la pena, aunque para mí sólo el hecho de restaurar una pieza que ha tenido un uso y una historia propia ya es suficiente. Y la sensación de que tengo una pieza a la que de alguna manera, he devuelto la vida, aunque cualquier día de estos me vea en "la calle con los muebles".

20 comentarios:

  1. Buena, Dama:

    Ya que te confiesas ... lo hago yo también: soy otro apasionado de los tesoros que se encuentran en la basura. Tanto es así que tengo en casa diversas piezas que bien podrían ser de museo ... máquinas de coser, planchas antiguas, un ventilador con las aspas de bronce ... lo último que encontré fue un casco a modo romano de una antigua banda de cornetas, con más de medio siglo de antigüedad y que se encuentra en pleno proceso de restauración ... cuando quede listo le dedicaré una entrada en mi blog.

    Por cierto ... precisamente un macetero como el tuyo es lo que quiero encontrar para poner el casco una vez restaurado en mi bodeguita, jajaja.

    Un abrazo.

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  2. Querida dama, no comparto contigo el síndrome, pero sí la pasión por los muebles antiguos y por la historia que encierran. En mi casa, se guardan con celo un sinfín de enseres que pertenecieron a antepasados casi olvidados, entre los que he crecido. Quizá cada uno tenga su contexto, y diga lo que dice exclusivamente en él; o a lo mejor no son los más indicados para mi salón, cuando lo tenga, ni mucho menos para el de mis hijos o nietos, pero sí es cierto que en ellos se guardan cosas intangibles, y que el presente en el que fueron concebidos, es ahora mi pasado, que me habla de esa gente con la que convivieron y que son sangre de mi sangre, por no hablar de los recuerdos que me evocan de seres muy queridos para mí que ya no están conmigo, pero eso es harina de otro costal...

    Un beso desde Granada

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  3. Pues eso es lo que enamora, esa historia secreta que guardan.
    Un beso desde Granada... ¡ay Granada!

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  4. Mi madre tiene un poco, y si, la presión familiar que le hacemos, ayyy pobre mía, pero es que es fuerte el tema… Aún así también tenemos algunas cosas rescatadas del Jueves, que también puede aplacar el mono de este síndrome.
    Kisses

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  5. Pues sabes tú Dama, mi marido tiene también el síndrome de diógenes, porque hace exactamente las mismas cosas que tú.
    To lo que ve en contenedor que es restaurable, lo pilla y lo restaura.

    Y la verdad es que hace maravillas.

    Haríais buenas migas tú y él.

    Besos

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  6. Bienaventurada por ver belleza donde los mediocres no alcanzamos.

    1BESO.

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  7. El lugar estaba esperandole... Auténtico, como su ahora dueña.

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  8. Muy bonito el macetero. Yo tengo pocas arte con las manualidades de cualquer tipo, pero tengo una tía que hace maravillas y una prima que ha heredado ese don, que lo mismo tte restaura un mueble, que te borga un mantel, que te hace un piquillo, que punto de cruz, que te pinta un cuadro o que te da un masaje. Vamos, que sus manos son la leche, jajajajajaja.

    Un saludo.

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  9. Yo creo que más que sindrome de Diógenes, lo que tienes es una vocación innata por la restauración de bienes muebles. Y te aseguro que eso sí que es apasionante.

    Un saludo querida Dama

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  10. Zapateiro: así, sin que nos escuche nadie, yo soy un poco como tu prima, per pelín "charamandusquera" como diría mi padre, ya no soy muy paciente.

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  11. Yo tambien tenia esa mania, querida Dama: i digo tenia porque ya no me cabe nada en casa y he tenido que renunciar a rescartar y restaurar objetos. Mi complejo diogenil empezò mientras estudiaba el primero de arquitectura en Sevilla. Me compré un dia en el Jueves una mecedora de esas de rejilla liberty que estaba casi destrozada: la arregle y la pinté de blanco y asì disfrazada me meciò hasta que me vine a Italia. Después me la traje aqui y conseguì devolverle su antiguo explendor de caoba vieja. Y asì ha mecido a mi hija de chica, a mi marido mientras leia, a mi madre mientras dormia la siesta, a los amigos de confianza.
    Ahora casi no mece a nadie porque esta muy vieja y tento miedo que se rompa: bueno tienen permiso de sentarse los menores que no pesan màs de 20 quilos y mis gatos que se suben a ella con el cuidado y el mimo que su edad se merece.
    Ha soportado cuatro mudanzas itagnolas y sigue en pié; y yo mirandola vuelvo atràs con los recuerdos y a veces con la nostalgia...

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  12. Te aplaudo por el trabajo está genial sacarle vaida a estos muebles abandonados, antes lo hacía pero ahora no me dejan, que le vamos a hacer.

    No te preocupes que no te vas a ver en la calle, no lo dicen tus cartas (aunque suene al más puro estilo Lola Montero)

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  13. De pequeño recuerdo que tenía muchísmo respeto a lo que encontraba en la calle, de hecho apenas solía subir nada a casa; me daban miedo las historias y el pasado de lo que encontraba...

    Por desgracia, ese miedo ha desaparecido con los años y casi que me pasa como a ti, que como vea algo aprovechable no dudo en subirlo a casa, aunque a las pocas horas esté de vuelta al cubo de basura cuando mi madre me coge las vueltas: ella manda, qué se le va a hacer...

    Saludos.

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  14. Mucha gente tira cosas practicamente nuevas y muy en condiciones, confieso que alguna que otra sillita de mi casa es trincada de una acera, pero eso nadie lo diría, al que me pregunta les digo que son del anticuario de la calle Jesús del Gran Poder...

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  15. Pues te ha quedado un montón de bien. Estás hecha toda una artista y yo aqui, sin saberlo.

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  16. La pareja la tengo yo, jejeje a ver si me pasas las instrucciones del proceso de restaurado, que yo no lo he hecho todavía, jejejeje

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  17. Entre mi padre y mi familia política estoy rodeado de buscadores de tesoros a la vera de un contenedor. Y ciertamente hay manos que valen un potosí.

    Y tengo alguna foto que si la encuentro es digna de publicar.

    Saludos
    Antonio

    P.D. Rincón precioso que debe darte muy buenas vibraciones, y cerca una mecedorita con un buen libro...

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  18. Antonio; es mi rincón de leer.
    Lo has adivinado.

    Finidi: Mucha paciencia y una buena mascarilla, ahora que las bolitas de madera me las va a tener que hacer un tornero si no encuentro nada parecido.
    Anímate, es de nogal, y queda precioso. Lo que me pesa enormemente es no haberme podido traer el sombrerero...
    ¡imaginate la cara de alguien si me hubiese visto llegar con semejante mueble más grande que él mismo! pero cuando pienso que se quedó allí... se me encoje el alma, ¡ay Diógenes!

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  19. Qué identificada me siento contigo y qué pequeño es mi piso....

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