Mi intención era comprame un libro del que ando tiempo detrás, que sólo lo tiene la librería de viejo de la calle Feria. Aún sabiendo que los sábados por la tarde no abren, salí en su búsqueda. Era una escusa, en realidad me encanta perderme por el centro por el mero hecho de ir. Siempre hago el mismo itinerario, San Julián, Feria (por supuesto, una parada en San Juan de la Palma, para saludarla) y Santa Catalina, desde ahí, sin rumbo fijo. Ya soy feliz, ya estoy en mi salsa, como pez en el agua. Tras un cafelito en la Encarnación me perdí la tarde del sábado paseando por el centro, sin el libro (ya iré otra tarde de esta semana) pero con otro pañuelo más para mi colección. Es que hay cosas ante las que no me puedo contener...
Pocos paseos más sevillanos que ese habrá, querida Reyes...
ResponderEliminarQué más da un libro o un pañuelo para sentirte tu misma en tu querida ciudad.
ResponderEliminarNo cambies nunca.
Los demás te lo agradeceremos.
no sabes como añoro yo ese paseo tan familiar e íntimo. Ahora para hacerlo, tengo que coger el coche y es tan poco romántico que me entra pereza. Qué bien huele tu salón.
ResponderEliminarIr a cualquier parte del centro con una excusa es una gran opción. Pero no atender a esa excusa y verte obligada a volver es aún mejor. Un día de éstos se va a encontrar con alguien.
ResponderEliminarEs lo que mas echo de menos de cuando estudiaba en el centro, y lo mismo lo de estudiaba es una figura literaria, pero era maravilloso perderme por el centro, entre la gente, a veces sin nada concreto que hacer… Es algo que hacía desde muy pequeña e imagino que nunca dejaré de hacer.
ResponderEliminarKisses
Ayer tenía que ir a la Catedral. Había quedado a las 10 y media, tenía tiempo de sobra, pero aparqué en San Lorenzo a eso de las 9, con toda la intención del mundo. Sencillamente para pasearme tranquilamente por la mañana despierta de Sevilla...
ResponderEliminarA veces, no hay que pensar un por qué, sencillamente un dejarse llevar.
Un fuerte beso.