Esta tarde recordaba con alguien lo especial que fue un concierto de Pedro Guerra en el interior de la actual librería Beta que sustituye al desparecido Teatro Imperial. Casualmente, he estado esta tarde allí . Cuando entré, que es uno de los lugares que más me gustan porque el efecto que han conseguido integrando la librería respetando la esencia del teatro que fue me encanta, recordé la noche del concierto, lo bonita que era la canción que esta semana os dejo en el salón y lo cerca que hemos estado el uno del otro antes de conocernos.
Lo siento pero no comparto contigo esa sensación, cuando entré se me cayeron dos lagrimones y eso que el teatro no es que fuera muy bonito ni tuviera una programación que me entusiasmara.
ResponderEliminarLa desaparición de un teatro nunca es una noticia positiva, pero al menos sigue siendo un sitio para la cultura. No así ocurrió con otro teatro cercano reconvertido en tienda de MANGO en el que recuerdo haber visto Bodas de Sangre en versión de CAT. Coincido no obstante con Luz de Gas. La programación por lo general dejaba mucho que desear: Pedro Osinaga, Raphael o Quique Camoiras solían estar anunciados en los carteles. En cualquier caso me alegro que te traiga buenos recuerdos, y aventuro a imaginar más por Pedro Guerra que por el teatro en general.
ResponderEliminarUn saludo
No, nunca es bueno que desaparezca un teatro. Y, sin embargo, coincido con Nicodemo: queda un espacio que sigue siendo cultura.
ResponderEliminarY qué bonito, querida Dama, que un recuerdo venza al olvido, ¿verdad?
Un beso.
Creo que Sierpes ha perdido mucho con el cierre del Imperial, como en años anteriores lo hizo el centro en general con el de otros teatros. La ausencia de teatros (de los de toda la vida, entiéndase) y de hermosas cafeterías siguen siendo para mí los grandes valores perdidos del corazón de nuestra ciudad.
ResponderEliminarPese a todo, coincido en que al menos se ha conservado algo de su esencia cultural, algo que por estos lares es extraño.
Una vez conocí al que fue acomodador de ese cine teatro. Hoy es pintor, se llama Ventura y casi es ochentero. En su época se codeó con el mundo de la farándula local y rompió más de un corazón de diva venida a menos. Me contaba los recuerdos tan bonitos que le traía ese teatro. Yo sólo estuve dos veces, una en el patio de butacas y otra en el escenario, y me resultó muy extraño cuando entré por primera vez en esta librería.
ResponderEliminarDe todas formas, el que a nuestra Dama le guste... a mí me gusta.
Es una pena que se pierdan los grandes teatros de Sevilla. Consuela saber que éste en concreto no ha quedado en el olvido y que todavía se representen obras teatrales. Nos quedan bonitos recuerdos del pasado, esperemos que todo no se quede simplemente en eso, en lo que fue y dejó de ser.
ResponderEliminarGracias por esta entrada llena de nostalgia y sentimiento.
... pero sigue siendo un oasis.
ResponderEliminarEn medio del bullicio de Sierpes sigue habiendo un oasis; antes de olor a ambientador de cine y teatro, ahora de olor a papel con miles de historias que contar.
Un beso c.d.m.
Donde se ponga un teatro que se quiten todas las librerías Beta, pero en fin, no queda otra, ¿no?
ResponderEliminarMe ha encantado la apreciación del pregonero, ¡qué verdad más grande es lo de las cafeterías! Siempre tuve en mente montar una, aunque de momento no sea posible.
Un saludo.
Es una lástima como se han perdido para siempre tantos teatros (aunque en el caso del Imperial, como se ha apuntado, en sus ultimos años no es que tuviera una programación como para tirar cohetes) y tantos cines tradicionales de Sevilla.
ResponderEliminarSe que soy un nostálgico empedernido, quizás un iluso y quizás hasta tonto, pero siempre que voy al cine elijo el Cervantes con la ilusión de que al menos mi ticket de entrada retrase su cada vez mas cercano cierre. Porque, lamentablemente, supongo que todo será cuestión de tiempo...
Saludos.
Siempre siento pena cuando desaparecen tesoros así. Aunque posteriormente sean reformados, pienso que su esencia se queda perdida para siempre. Me da nostalgia.
ResponderEliminarUn abrazo
Lo siento Dama, pero la cadena Beta la tengo atragantada como espina de besugo navideño.
ResponderEliminarAdemás, esa idea de teatro-librería en plan posmoderno me repatea el alma. entré una vez y no vuelto así me piqué una serpiente
Gran canción la de Pedro Guerra, una de las que más me gusta.
ResponderEliminarDejando aparte el tema de sus programaciones musicales, la desaparición del Imperial como teatro, es una pérdida más de la cultura en Sevilla.
Aunque siempre nos quedarán los recuerdos...