Menos mal que ya se fue Baltasar y tras él, los excesos, los abrazos, las gambas, el feliz esto, feliz lo otro, los SMS absurdos y el jamón, ¡A Dios gracias!.
Aún así, a alguno que otro le habrá ocurrido, como a mí, que con tanto trabajo, les han dejado el regalo para otra persona equivocada. Un año, fue un chándal, para alguien que detesta el deporte, otro año un centro de planchado que te hace una limpieza de cutis con el vapor, que no es un regalo para la persona, sino para la familia. Ha habido estuches de maquillajes de dos pisos, que duran toda una vida, pijamas anti erotismo, con iglús y ositos, y un largo etcétera. Ha habido grandes regalos, grandísimos regalos, la bici famosa verde BH, el maletín de la Señorita Pepis, el portátil, la Nancy azafata, el organito Casio, la Cannon EOS 400, pero lo peor de todo es cuando se plantea un serio problema al no saber qué regalar a aquella persona tan cercana a tí, cuando esa persona es, precisamente, lo más fácil del mundo de sorprender, pese a que cuenten con la magia de los Reyes, aunque no puedan acertar siempre.
A mi me trajeron una camisa que me estaba chica, pero me la han cambiado por dos camisetas de manga larga preciosas.
ResponderEliminarLo del planchado para el cutis buenísimo.
A mí este año Melchor me ha traído algo muy especial...
ResponderEliminarFdo. Piruleta
Aunque no fue el regalo equivocado tuvo mucho arte en darmelo. Sería en los 80 cuando pedí la famosa guitarra que nunca llegue a tocar ni siquiera como la pantojita. Palomi utilizo la funda nueva para guardar una guitarra muy conseguida de carton piedra que tenian en la calle fandango, con solo dos cuerdas. Mi cara de decepcion y el disgusto que me lleve cuando la guitarra nueva no me la daban no lo podre olvidar en la vida...Hoy lo recuerdo y me sale una sonrisa por la guasa de palomilla. Otro regalo de reyes un tanto original.
ResponderEliminarQuerida Dama: siempre he sido adortunado en lo de los Reyes, ya que su magia ha resultado eficaz de cien veces las cien; pero me resulta gracioso, cuando menos, que siempre he encontrado en mi parte de balcón, cosas que yo no había pedido, pero que ellos sabían que eran necesarias, por ejemplo, el pack de calcetines de rombos para los zapatos, o los blancos con rallitas para las zapatillas de deporte ("tenis" creo que las llamais por ahí), y que siempre aceptaba de buen grado, ya que he pasado mucho tiempo, a Dios gracias, jugando en la calle, pero eso será motivo de alguna futura entrada...
ResponderEliminarUn beso desde Granada, "pijama antierotismo"...
Pues mi mujer y yo, querida Dama, hace ya algunos años que llegamos a un acuerdo para el día de Reyes.
ResponderEliminarYo, harto ya de corbatas, camisas, colonias y regalos que no me hacían falta y ella, harta también de anillos, pendientes y pulseras que tampoco le hacían falta, decidimos guardar ese ( importante a veces ) dinero, para guardarlo y hacer lo que más nos gusta, viajar.
Así que todos los años nos pegamos, al menos, un viajecito normalmente por el extranjero. Este año estuvimos en Estambul, el pasado en Roma, el otro en Londres, y así.
No sé que os parece la idea, pero yo cada vez estoy más contento de haber tomado esa decisión.
Saludos.
Querida Dama, qué me dices de ésa carita con sonrisa de marioneta, manteniendo el tipo para confirmar el agrado del regalo, qué maravilla, qué sorpresa, cuánto lo necesitaba..y en realidad es horrorosus.
ResponderEliminarLo asumo como una parte más de la tradición navideña, a ver si algún año, cae la breva y los Reyes aciertan.
campanilla
Querida Dama, menos mal que ya pasó todo. No hay peor tesitura que a la que se enfrentan los magos de oriente cada 6 de enero. Los buenos sabios de oriente tras recorrer un sin fín de tiendas, de centros comerciales, tras buscar esto y aquello... llega la mañana mágica, y tras abrir el regalo. sorpresón!!! ¿tienes el ticket?
ResponderEliminarSe derrumbó la magia de Reyes...