martes, 3 de marzo de 2009

Historias de papel

Buscaba refugio en alguien lejano y querido, tan lejano que parecía inexistente, pero que lo tenía muy cerca de su corazón. Sólo tenían un camino para estar cerca, que le llegaban en forma de letras con sello y remite, y que la hacían transportarse a su lado con sólo tocar el sobre, a esos días donde se veían a diario, donde se intuían y donde se entendían. Cada día miraba su buzón buscando su huella, cada día se daba la vuelta doliéndole su ausencia y aquella frase de la distancia y el olvido, pero ella se había hecho la firme promesa de esperarle, su vida se concentraba diariamente en aquella puertecita del buzón y en sostener su corazón cuando veía al cartero salir veloz con la bicicleta a seguir dejando noticias en otras casas, pero ella ya sentía cómo su ausencia le quemaba el alma en aquel vacío con olor a herrumbre del viejo buzón, día tras día iba perdiendo fuerza, poco a poco su corazón le preparaba el camino, el camino de la realidad, que ella se negaba a reconocer.

7 comentarios:

  1. Ohhhhhhh, qué gran texto. Qué triste, qué bonito, qué bien escrito...

    Un beso, mi querida Dama.

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  2. Ohhhhhhh, qué gran texto. Qué triste, qué bonito, qué bien escrito...

    Un beso, mi querida Dama.

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  3. Y es que una mancha de pintura blanca en buzón puede mantener viva la esperanza de unas letras esperadas.

    Antonio

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  4. El camino certero y doloros que a veces ofrece la realidad. Hay un miedo que asusta más que cualquier horror creíble. Es el miedo a saber que algo se acaba. Es entonces cuando se echa de menos a la otra persona. Hay que apretar los dientes y seguir adelante.

    Cuando dejas de mirar el buzón, cuando dejas de echar de menos a alguien, es entonces cuando se ha acabado.

    El tiempo a veces devora sin piedad y otras... deja cosas sin masticar.

    Un beso enorme.

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  5. Sigues transmitiendo con una intensidad, sinceridad y realismo que me siento orgulloso de leerte y de ser tu amigo.

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  6. Y lo peor es que ya se escriben tan pocas cartas… no hay historias de papel apenas, salvo que sean con el banco, la compañía telefónica…
    Kisses con sellos

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  7. Siempre hay un momento en que nuestra espera desespera y nuestras esperanzas desfallecen. Es el despertar a la cruda realidad. Cosa nuestra es el cambiar el cobre por oro.

    Un abrazo

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