Sé de un lugar

Parto rumbo a mi exilio voluntario, allá donde si me pierdo y me buscan me encuentran. Estar en las listas del INEM trae ventajas, como por ejemplo este retiro espiritual de casi dos meses, sólo interrumpidos por tres músicos el 12 de julio en el Estadio Olímpico y una visita al dentista de la tuneada boca de mi hijo. Me voy con muchas ganas de hacerlo, casi contando las horas, porque llevo mucho tiempo queriéndo estar conmigo, llevo demasiado tiempo echando de menos y debo de empezar a saber vivir la ausencia, tengo que sacar de mi cabeza todo aquello que nunca tengo, los sueños que jamás se cumplirán, las esperanzas a las que me aferro y las fantasias de la enorme soñadora que soy. Quiero leer todo lo que llevo, Murakami, Mastretta, Palma, Mann y alguno más y que sólo me impida seguir haciéndolo la puesta de sol, llenando de diamantes la quietud del mar, para darme cuenta de que siempre fue así, que siempre estuve sola y que quizás, siempre lo estaré, haciendo mias las reales letras de mi Ultimo de la Fila. Quiero escribir, dar los toques finales a la novela ya acabada que me he autorregalado por mis cuarenta oncesdejulio, quiero soñar, pasear por la playa nada más levantarme, hacer las mismas fotos de todos los años, beber toneles de manzanilla a la salud del Moe y sobre todo, sentir la maravillosa sensación de estar conmigo misma.
Os llevo a todos en la maleta, absolutamente a todos, mi portátil va conmigo a ese lugar como dice la canción que os regalo, "donde pronto amanece, donde juegan los peces...". Si me buscáis, preguntad a Antonio, el callejonero, como se llega a ese lugar que nace donde muere el Guadalquivir.