Como dice Carlos Colón, en un artículo magnífico publicado hace unos días en Diario de Sevilla, desde hace una semana todos sus caminos le conducían a San Juan de la Palma en este fin de semana. A mí me ocurre igual, durante tres días, el ritmo cardiaco sentimental - pasional de quien os escribe, se suele alterar y emocionar nada más encontarse con la ojiva de la puerta, los recuerdos de la melodía de su marcha, mi niñez o una esquina de la calle Regina. Tres días para tenerla cerca, para mirarla como a mí me gusta, para que el tiempo se pare mientras estás a su lado. Después llegará el Domingo de Ramos, que es la ilusión del año, pero para entonces mi corazón ya latirá a los sones de Font de Anta y no habrá otro camino que encontrarse con su paso por la calle Cuna.La Amargura está en besamanos, tres días para disfrutarla.
La lluvia limpio y dejó rasa la luz del azul sevillano.
ResponderEliminarSaludos
Antonio
Querida Dama,
ResponderEliminarPara los que La llevamos de una u otra forma en el corazón estos tres días marcan un antes y un después en el reloj anual de nuestro corazón, porque somos sus hermanos, porque llevamos a Su Hijo por la calles sobre nuestros hombros cada Domingo de Ramos, porque a Ella le pedimos cuando algo nos falta y es a Ella a la que agradecemos cuando algo nos sobra...
Gracias por la entrada.