lunes, 13 de agosto de 2012

Puñadito

A la vida pocas cosas le puedes pedir que te proporcionen felicidad. En mi caso, cada verano, porque suele ocurrir en verano, aunque a veces también ocurra en invierno, tengo una cita con esa felicidad de pequeñas cosas, de pequeños placeres que la vida, escogidos en un puñadito, me regala para afrontar nuevos acontecimientos. Puñaditos de cosas que me proporcionan oxígeno para este corazón mío tan mío y tranquilidad para esta cabeza mía tan centrifugante. Pequeñas cosas para volver a mí lo más a punto posible. Un baño al despuntar la mañana, un paseo al atardecer, escuchar mi música mientras empujo con los dedos de los pies la arena caliente, una copa de manzanilla aquí o allá, unos caballos a contraluz, perderme por el Barrio Alto, por la Algaida, por Bonzanza, por donde sea. Una berza de las Piletas, una cabezada en la butaca con la gorra en la cara, dejar la mente en blanco mirando la marea calma, una buena lectura sin prisa por nada...

Atrás se queda Sanlúcar de momento. Siempre me queda la desembocadura del Guadalquivir para encontrarme cuando me pierda, para dar sentido a lo que no se lo encuentre y por supuesto, para ser feliz con aquellas pequeñas cosas que tanta felicidad me proporcionan.
Ya lo dice la canción; "Si me pierdo, que me busquen...".


1 comentario:

  1. Que bonito es tener un sitio en el que tener tantos "puñaditos" de cosas que te hagan sentir tanto...disfruta, querida Dama, y desconecta.

    Un beso dese Granada

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