miércoles, 25 de septiembre de 2013

Mis martes son maravillosos

No tiene precio. Nada es comparable a la maravillosa sensación de sentarse delante del micro, donde nadie te ve, solo te oye, y dejar salir la emoción. Y transmitir la pasión de aquello que te gusta, de aquello que te emociona, mezclado con mi risa y el sonido de mis pulseras. Mi hora de cada martes es mi hora de la semana, la más feliz de la semana, me atrevería a decir, similar a la tarde ciclista de los sábados, a las mañanas céntricas de paseo en viernes, a las siete de cada tarde frente a la bola bioclimática y a los minutos perdidos leyendo con las piernas en alto de cada noche.
Pasar el menú musical a Enrique por email, quien tiene un gusto exquisito, es un eficiente técnico y conoce a la perfección de lo que le hablo, quien además aporta con sus sugerencias, caso del descubrimiento de Radiohead y Drexler, caso de Morente, pese a ser el garbanzo negro de una peña bética. La emisora, con las botellas de agua, los tres discos de oro clavados en la pared con un falso "Sargent Peppers", y el plato de caramelos sin caramelos es el continente de un equipo humano que hace calidad en radio donde lo que importa son los oyentes y el amor por comunicar.
Mi amor por la música y por los libros es latente cada martes, y no tiene precio la sensación de satisfacción y felicidad que siento ahora, cuando no hace ni dos horas que acabo de compartir por las ondas de la 88'5 todo Uruguay, el exilio, la soledad, la ironía, el óscar de Jorge Drexler, su guitarra, los formales y el frío, mi tregua, su tregua, los caramelos de Antonio, la voz quebrada de Serrat, la página de facebook con las aportaciones, el norte, el sur, la Roma de Vicente Amigo, los cinco nombres de Benedetti y una mujer desnuda y en lo oscuro. Y hasta un trato y una tregua.
Cada martes soy la más feliz de las ondas, muy orgullosa de pertenecer a este equipo de valientes luchadores de Radio Giralda, y una privilegiada por poder disponer de esta hora que me sirve de mágica conexión letrasonora con el mundo. Y es algo maravilloso.

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