Siempre he buscado entre las filas de penitentes a mi padre, y siempre lo encontraba, por su figura, sus manos o sus pies, pero anoche sabía que un amigo desconocido también se encontraba allí. No se como es su figura, ni cómo son sus manos, ni sus pies, pero sabía que estaba allí.
Espero que disfrutaras de tu madrugá y de tu Señor de Sevilla.
Yo me acordé de tí en todo momento, porque es imposible a estas alturas de esta mágica reunión no relacionar al Gran Poder con el Aguaó de Sevilla, ya que siempre, de una manera u otra, ambos nos quitan la sed.
Te entiendo, siempre buscamos a nuestros amigos, todas esas personas a las que al menos les susurramos: Ten una buena Estación... Pero ahora aquí hay nazarenos a los que no podemos reconocer, siempre nos quedarán los deseos blogosféricos. He leido que de vez en cuando te escapas un poco y me alegro mucho; no es lo mismo pero sé que tú tienes la sensibilidad de valorar esos momentos. Siento mucho lo de La Exaltación ayer... es una pena pero no sé si el cambio climático o que es, pero no hay manera de tener una Semana Santa completa.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Dama... qué pena la lluvia de las primeras horas de la tarde del jueves...!
ResponderEliminar¿Sabes que la Virgen del Rosario de Monte-Sión, cuando estaba entrando en Campana, en vez de hacerlo con marchas espectaculares y conocidas, tuvo el puntazo de hacerlo con las marchas de las tres vírgenes que tenían que haber desfilado delante de ella y que no pudieron salir por la lluvia...? Tocaron las marchas de Nuestra Señora de los Ángeles, después la de tu Virgen de las Lágrimas, y después la de María Santísima de la Victoria. Y luego, claro, terminaron con la suya propia de Nra. Sra. del Rosario.
Un detalle muy bonito, verdad?
Venga... besos. Y que la operación de tu niño vaya rápido y bien.
Malajá de agua, lo siento mucho.
ResponderEliminarEn cualquier caso, y a pesar del agua también de hoy ¡Feliz Pascua!
También me acordé de él en todo momento. Cómo no acordarnos de nuestro admirado Aguaó... me pareció hasta creer verlo en un par de ocasiones, fíjate cómo son las cosas.
ResponderEliminarAmiga mía. Mil millones de gracias. Lo mismo me ocurre contigo y La Amargura. Cuando me pierdo en Su Mirada, me acuerdo de ti.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras querida Reyes. Mi crónica la realizaré a lo largo de esta semana que entra.
Un fortísimo beso.
P.D. Una pregunta: ¿escuchaste a una saetera muy cerca de dónde echaste las primeras fotos?
Milagro de la primavera esa estampa del Señor con su túnica bordada.
ResponderEliminarQuedarnos dentro un año más con la Vicoria fue aún más duro sabiendo que no tendría ocasión por una vez de disfrutar de los Caballos en la calle.
Me alegro Aguaó y a ahora que lo dices, creo que sí, que había una saetera...
ResponderEliminarEspero que lo llevaras bien durante esta semana que ha pasado. Muchos, te aseguro, nos hemos acordado de ti en los momentos que nos teníamos que acordar.
ResponderEliminarUn beso.
Querida dama, pasará un tiempo y volverás a disfrutar de tus benditas imágenes, y por lo que he podido leer, y espero no equivocarme, tu hijo saldrá estupendamente de la operación y las vereis con más alegría todavía.
ResponderEliminarun fuerte abrazo
Amiguísima Dama:
ResponderEliminarCuando se ponen esa túnica, nuestros ojos cambian, no nos atrevemos ni a mirarles, porque como cuando eramos niños ese hábito nos infunde un respeto casi sobrenatural, hasta el punto de tener la certeza de que por unas horas son de EL más que nunca.
1BESO.