Nos lo cierran. Una cruel penitencia a sus más que fieles parroquianos, nos aplican la ley "anti - botellón" ya que sus vecinos están hartos de ruidos. Unos vecinos que no son los que llevan cincuenta años conviviendo con ellos y pasando con dificultad entre los habituales para poder comprar el pan en Amalia. Los vecinos de ahora, posiblemente "guays" y privilegiados por poder vivir en tan emblemático sitio, se pueden incluso permitir el lujo de cerrarnos un lugar de culto en Sevilla, todo un templo y mi lugar de referencia. Esperemos que todo se solucione y vuelvan a abrir pronto nuestro Tremendo, mientras, esperarémos ansiosos en el Cangrejo.
Telepáticamente unidos: el que resiste gana. Cuando vuelva a Sevilla espero tomarme mis cervecitas en el Tremendo mientras le echo un ojo al escaparate de libros de Reguera. ¡Qué miedo dan a veces la modernidazzz y la legalidazzz!
ResponderEliminarPues como empiecen a cerrar bares porque que la gente bebe en la calle van a tener trabajo. No sé cuánto ruido tendrían que soportar los vecinos, pero ese bar lleva ahí toda la vida ¿será que hay nuevos vecinos, cómo tú dices? Esta mañana alguien se preguntaba en la radio (no recuerdo donde) si los que se quejan son de Sevilla o de Orense.
ResponderEliminar¿Se aplicará la ley con todos los bares?.Pues les queda trabajo a la Concejalia de Medio Ambiente.Saludos
ResponderEliminarPor favor, dadle una vueltita más a la cosa.
ResponderEliminarNo seamos ingenuos, el bar se ha cerrado simplemente porque el que ahora denuncia tiene más agarraderas que el que se ha estado pasando ordenanzas por el forro, cuando ha podido.
Quien esto dice es tan SEVILLANO como vosotros, y está pasando un infierno con otro local "emblemático".
Amiga Dama, como el salón está basado en el respeto y no todos estamos obligados a pensar igual quiero aportarte mi punto de vista. No dudo que El Tremendo sea, como dicen ahora, un lugar emblemático, tradicional y entrañable para sus habituales parroquianos, entre los cuales yo me he encontrado en más de una ocasión y que si se cierra se clausure una parte importante de la intrahistoria de cada uno. Ahora bien, que genera incomodidades y molestias, qué quieres que te diga, pues las genera. Sé bien de lo que hablo y no soy denunciante de nada porque ya no lo sufro ni lo fui cuando lo sufría. Dificulta el tránsito por la acera a ancianos y a carritos con niños, obligando a peligrosas maniobras de invasión de la calzada, con autobuses circulando, a algunas personas, genera infracciones de tráfico "toleradas" que obstruyen Alhóndiga y Juan de Mesa por quienes van allí a echar un rato, por no hablar de las cervezas que algún parroquiano pasado de rosca ha derramado involuntariamente (no lo discuto) a algún pacífico transeúnte (y yo he sido testigo de esto en más de una ocasión). Tengo por otra parte el convencimiento de que el cierre no suele ser una medida tan apresurada ni malvada y de que las suspensiones de dicho cierre se consiguen a poco que se le ponga al asunto un poco de buena voluntad, alegaciones que en este caso (hablo por lo que he leído) parecen no haber existido o un pliego de descargo jurando que se van a adoptar en plazo razonable algunas medidas. En fin, que siento ser un poco aguafiestas y lo lamento por aquellos para quienes El Tremendo es importante, pero se puede tener esta perspectiva que yo te digo sin necesidad de ser de Orense, es más queriendo y añorando como el que más ese barrio. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarPues tienes razón, querido anónimo, y Jose María, tenéis razón, pero es que lleva igual 50 años, y no deja de dolerme su cierre.
ResponderEliminar¡que le vamos a hacer!
Respetando todas las opiniones, a mí me dá tremenda pena... Cuantas veces he esquivado con prisas y envidia a quienes podían disfrutar allí de su cerveza...
ResponderEliminarEn fin, los alumnos de nocturno del Velazquez saben de lo que hablo, y les han quitado un gran sitio de escaqueo...
Kisses
El Punto, el Bar Esperanza, El Tremendo...
ResponderEliminarJoder, cómo se está poniendo la cosa. Nos vamos a tener que colgar unas mochilas de esas que había en la Expo y que despachaban cerveza fresquita.
Respecto a El Tremendo, no he sido yo muy tremendista, a pesar de haber pasado por allí miles y miles y más miles de veces. En lo que respecta al cierre en si, coincido con la opinión general. Que van a tener trabajo. Y por otro lado, que pena que en otras cosas no sean tan eficaces las ejecuciones...
Lo siento, Dama.
Es sarcástico que la ley "antibotellón" se cargue a un bar de los de toda la vida.
ResponderEliminarSi no se puede beber en la calle que se vayan preparando el Jota, los bares de El Salvador, etc.
Por cierto, Dama, ya me leí Kafka en la orilla y me ha gustado mucho. Ahora estoy empezando Saber perder de David Trueba que si es la mitad de bueno que su segunda novela Abierto toda la noche me lo voy a pasar en grande leyéndolo.
Que cosas miarma...
ResponderEliminarUna pena que se cierre uno de los locales más señeros de nuestra Sevilla, ojalá se solucione pronto este lío miarma, puesto que para muchos era todo un ritual el jincarse una o dos allí cuando retornaba del centro, o cuando se dirigía al centro, o cuando le daba la gana, además deja algo trastocada esa ruta que comienza en el Rinconcillo y que sigue por el Tremendo, luego los Coloniales, etc..
En fín, aunque haya fundados motivos para que se cierre, considero que no se ha obrado del todo bién.
Un saludasso dama, y otro desde aquí para la señora que despacha allí en el Tremendo la servessa, que lo hace con un temple y una categoría que no se puede de aguantá.
Hola Dama, parece que coincidimos. En mi blog también he escrito sobre El Tremendo.
ResponderEliminarSaludos.
La verdad es que me ha sorprendido la noticia. Pero me ha sorprendido porque no es un bar nuevo. Supongo que el tiempo termina erosionando la paciencia de sus vecinos.
ResponderEliminarLa verdad es que no puedo decantarme por un lado u otro, pues yo no he sufrido nunca las inclemencias de un bar, y tal vez, sean muchas. Aunque también me pongo en el lugar de sus habituales, y les ha tenido que doler en toda su alma.
Un fuerte beso amiga.
Era emblemático.
ResponderEliminarDentro de tres años todo el mundo habrá estado en El Tremendo. Y algunos contaran como vivieron el último mediodía.
Pondrán una tienda de zapatos.
Ya es un mito.
Saludos
Antonio
Pásate por mi blog cuando puedas porque tienes algo esperándote allí; ten cuidado, pesa un poco, está algo antigua pero sé que te gustará y que saldrán grandes cosas si le das buen uso.
ResponderEliminarKisses
Hola amiga, en mi blog te he dejado un regalo.
ResponderEliminarSaludos.