Desde que nos deja el Domingo de Ramos deseo que llegue su besamanos para verla de cerca de nuevo, para verle los ojos. Me quedo a su lado y la contemplo sin prisa, deleitándome en todos los detalles. Cuando me preguntan porqué Ella y no otra la respuesta es muy fácil, porque sus ojos me ganaron cuando era una niña.
Hace poco, a alguien muy especial, le contaba cómo me cautivó la Amargura. Estábamos en el Tremendo media familia, un Domingo de Ramos ya sin cofradías, muy tarde, a lo lejos se oían tambores y nadie me quería llevar a ver el paso, tampoco sabía cual era. Mi tía accedió, y nos llevó a mi primo y a mí a que nos encontrasemos con la Señora. Cuando llegamos, el paso de misterio doblaba por Alcázares buscando por aquella época, Sor Ángela. Mi primo y yo, sentados en las vallas del antiguo Cortefiel veíamos como llegaban los ciriales y un paso de palio absolutamente hermoso doblaba, a los sones de una musica maravillosa, la esquina delante de los ojos de los dos niños.
En esos momentos lloraba, esta que os escribe, con ocho años de edad, y no sabía porqué. Desde ese día Ella es mi Virgen, año tras año la busco en esa calle y me encuentro con sus ojos cada Besamanos.
Es mi Virgen.
Gracias por encontrame con sus ojos.
ResponderEliminarDama preciosa entrada, la Amargura tiene un algo especial, me gusta verla de vuelta y su mirada parece diferente a cuando poco a poco va dejando detrás su barrio. Enhorabuena por el Premio a la Mejor Entrada.
ResponderEliminarBesos
Felicidades por el premio Dama, te tendrían que dar tantos.
ResponderEliminarReyes, soy Hispalis, te he dejado un correo. Un beso, fantástica entrada. Besé sus manos el mismo viernes por la tarde, me perfumé de incienso y azahar...
ResponderEliminarMe impone. Ella es espectacular.
ResponderEliminarUn beso, guapa.
OJOS DE SEVILLANA NAZARENA...
ResponderEliminarCREO QUE SOBRAN LAS PALABRAS....
Poder estar junto a Ella aunque sea unos instantes es subir a la Gloria, estar en un sueño del que no querría despertar nunca. Para mi el momento mágico del año es después de tener el honor de haber llevado a Su Hijo por las calles de Sevilla, esperar que lleque Ella, escuchar Su marcha mientras se aproxima por la plaza después de visitar el convento de la Hermanas de la Cruz y el del Espíritu Santo, verla entrar de espaldas, aún sin verle el rostro, intuyendo esa mirada de amargo desconsuelo que ni el discípulo amado puede consolar, ese pañuelo en el que no caben ya las lágrimas, ver cómo sube la rampa al altar mayor y, por fin, poder ver su rostro. Y luego esperar. Esperar que la iglesia se vaya quedando vacía y poder hablar con Ella unos instantes, un segundo apenas que sirve para decirle tantas cosas.
ResponderEliminarGracias Dama por la entrada.
y como es la vida...sin embargo otros lloran por dentro cuando sus niños lloran de sueño y cansancio cuando ELLA pasa...Un beso
ResponderEliminarBuscarle un porqué a estas cosas nunca resulta fácil, pero así es. Hay imágenes que nos atrapan para siempre. Para mi la Amargura y la Estrella, tan distintas entre ellas, son mi abuelo Manuel, porque no pasaba un Domingo de Ramos sin verlas varias veces y no se iba de vuelta a casa hasta que se recogían.
ResponderEliminarHistorias personales...
Un beso.
querida Dama, ayer fuí con mi madre a una exposición que se celebra en Granada bajo el sugerente título de "llena eres de Gracia..."; la organiza la Hermandad del Huerto y la Amargura, del barrio del Realejo granadino. Una parte de dicha exposición se llama "Amarguras de Andalucía" y, claro, tu Virgen aparece representada en un cartel explicativo donde se habal de la hermandad, la sede canónica,...acompañado de unas fotografías de su palio y de su cara, entre otras. Cuando nos detuvimos ante dicho cartel, mi madre comentó: "¿es la de Sevilla?", le respondí que sí, la del domingo de Ramos sevillano, y me contestó: "tiene una mirada...", no supo calificar su mirada, pero precisamente la definió al no poder definirla, curioso, ¿no?...
ResponderEliminarUn beso desde Granada
Se cumplen los pasos
ResponderEliminarse queman los ritos
y cada vez queda menos
para sentir el crujio
de la madera que lleva
entre sones de gentio
a un Santo con la madre
del amigo que ha perdio
Antonio
Gran historia la tuya, gran devoción y gran imágen..... Y es que la Calle Feria tiene muy buen principio en San Juan de la Palma.
ResponderEliminarTambien son los ojos de mi Virgen los que se ganaron mi devoción y afecto.
Un saludo querida Dama
¡Qué manera de escribir! Te superas a tí misma, aunque a veces, parezca imposible.
ResponderEliminarHola Dama,
ResponderEliminarcuando puedas me mandas tu dirección a alitrujillo@gmail.com.
Besos
Ali
Que maravilla. Estoy de acuerdo con Zapateiro, estas cosas ni tienen una explicación concreta ni deben tenerla, simplemente son. Es una dolorosa muy especial; para mi es totalmente la imagen de la madre de Cristo.
ResponderEliminarKisses
Como escribió Juan Sierra:
ResponderEliminar"La caridad del cielo
mueve una Rosa
que la luz ennoblece
donde se posa.
Una Rosa que al aire
da su figura
con el cristal labrado
de su hermosura
....
¡Ay, cristal de Sevilla,
lazo y figura!
¡Que amargura la tarde
sin tu Amargura!"
Qué hermosa estaba!!
ResponderEliminarNo es por ponerte los dientes largos, pero con esto de ser hijo del Pregonero, desde ayer por la tarde la tengo en el salón de mi casa en una foto preciosa entregada por sorpresa a sus plantas.
Preciosa tu historia Dama, como precioso es que cada año puedas encontrarte con su mirada.
ResponderEliminarComo dicen, no hay que buscarle explicación; afortunadamente estas cosas son así.
Saludos.
Amiga Reyes, no me lo puedo creer, pero fue muy cerca, y con tu misma edad, donde a mí también me ganó la Amargura.
ResponderEliminarHabíamos visto entrar a la Sagrada Cena y estábamos en Los Terceros tapenado, entonces alguien propuso ir a San Juan de la Palma. Yo era chico y lo único que sabía era que aún me quedaba otro paso por ver, según estaba escuchando. Llegamos a la esquina de Gerona con Sor Ángela y entonces fue cuando, después de ver pasar el Desprecio de Herodes, apareció Ella. Y Esa Mirada me cautivó de tal manera... que siempre intento esperarla cada Domingo de Ramos en su plaza y pegado a la puerta. Increíble.
Grandísima entrada amiga mía.
Un beso enorme.
Precioso recuerdo de ese "flechazo". Yo también tuve el mío, con la Estrella, más mayorcito; pero, igual que tú, para siempre.
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