Hay esquinas que te regalan sorpresas cuando te cruzas con aquella persona que no esperabas, hay esquinas perfectas para ver a una cofradía dar la revirá y hay esquinas que te obsequian el inmenso placer de obsevar a la gente que va y viene, esquina arriba, esquina abajo, y con ello dar rienda suelta a la imaginación mientras esperas. El otro día, en una esquina, mientras esperaba a alguien, observaba a dos personas despidiéndose, ninguno decía adios, ninguno hablaba, sólo oí una frase que decía ¿Te tienes que ir?. Alcancé a mirarlos a los ojos, que hablaban por si solos, sin necesidad de respuestas. Cuando se marcharon, tras un abrazo fuerte, sincero y hermoso me quedé observándoles, a ver quien de los dos giraba la cabeza antes para mirar atras...
Volver a aquella esquina, donde un día te besaron, donde se iniciaron unos sueños, donde un día también dijiste adios a tantas cosas... Volver a aquella esquina donde vistes la revirá de aquel palio tan sevillano, donde te cogieron la mano por primera vez, donde aprendistes a declinar traduciendo latines bordados...
ResponderEliminarSi las esquinas de las calles de Sevilla hablaran, verias cuanto bello podrían contarte, de como la vida pasa por ellas, llenas de risas, de encuentros, de lágrimas, tan llenas de vida al fin y al cabo.
Seguro que ninguno miró hacia atrás, se llama miedo...
ResponderEliminarAntonio
Me quedo dándole vueltas, aunque yo soy como describe el Callejonero, no suelo voltear la cabeza, ser valiente sigue saliendo caro…
ResponderEliminarKisses
Muy bonito.
ResponderEliminarDel Betis y fan de Triana. No se puede pedir más!
Un saludo, paisana
Jesús Domínguez
Qué hermosísima entrada...y claro que uno de los dos miró hacia atrás. O los dos al mismo tiempo, no sé...no tienen pinta de tener miedo.
ResponderEliminarUn beso, querida Dama.
Hola. Pues yo cada vez que giro una esquina no se por que que me asusto y casi me choco con alguien que viene jajaja
ResponderEliminarSaludos
Preciosa entrada Rayes, de las que me gustan. En cuanto a lo que relatas, seguramente ninguno miró hacia atrás, miedo, mucho miedo a no volverse a ver es lo que creo que pasa para que no gires la cabeza y veas cómo se marcha la persona a quien ya echas de menos.
ResponderEliminarSevilla se compone de miles de esquinas en las que muchos se saludan, despiden, besan... además de ser testigos indescriptibles de revirás de pasos, saetas, marchas preciosas,... quizás, para mi, si Sevilla fuese una esquina sería: la del Rinconcillo.
Un beso Reyes.
Si Sevilla fuera una esquina ... sería la del olvido.
ResponderEliminarY lo dijo una sevillana, hay sevillano que pasas por vera de la Giralda, y ni siquiera te dignas pararte para mirarla.
Antonio
nunca he tenido la ocasión de despedirme en una esquina, pero el Lunes día ocho, en el aeropuerto de París, Orly Sud, para más señas, miré hacia atrás mil veces, para ver cómo se alejaba de mi lado, y si ella se hubiera vuelto, me habría visto llorar,...a veces es mejor no volverse...
ResponderEliminarentrada de categoría, y van...
Un beso desde Granada
Tal parece que los lugares por los que hemos pasado se han quedado con nuestra esencia. Y ahí siguen, para salir a la luz en los momentos en que menos lo esperamos.
ResponderEliminarUn abrazo
Yo habría mirado seguro. Las esquinas nos traen sorpresas,así que mejor será conservarlas en nuestro corazón, que una vida sin sorpresas sería un verdadero aburrimiento.
ResponderEliminarUn beso dama.
Yo creo que se miraron, para no olvidar el último detalle, el que dormirá para siempre en la memoria cuando el último abrazo no esté.
ResponderEliminarPreciosa la entrada, en poquitas palabras un cuadro precioso.