Ilusión

Como esta noche es la de ilusión, vamos a soñar, como cuando éramos niños, como cuando me agarraba a la puerta del salón de puro miedo en la mañana del 6 de Enero mientras mi madre decía "¡Que han venido los Reeeeyess!" y veía el manillar de aquella BH verde o el tradicional tebeo de la colección Olé y se me salía la ilusión por los ojos. Vamos a tener ilusión, soñemos: Queridos Reyes Magos, quiero un delantero de verdad para mi Betis y una defensa en condiciones, y no estaría mal que en Junio, fuésemos otra vez a la capital del reino... sigamos soñando; quiero un ático en Santa Catalina, con una gran azotea donde poner muchas macetas y leer escuchando campanas, las campanas de la torre mudejar de una Iglesia recién restaurada. Quiero subirme en un avión y flotar en las aguas del mar muerto, o conocer Mikonos, o Buenos Aires, o pasear por la Muralla China, o tumbarme en Central Park a la sombra de los rascacielos, contigo, si, porque allí sólo iría contigo. Sigamos soñando. Quiero ser capaz de escribir lo que siento y que a su vez lo sientan los que me leen y quiero un Domingo de Ramos luminoso, otra noche a solas con Ella, antes de adentrarse en Santa Ángela y un Jueves Santo de levantar faldones, para ser capaz de desempolvar la mantilla y ver por San Pedro a la luna asomarse a ver mi paso de misterio majestuoso. Queridos Reyes Magos, estas son las ilusiones de una niña que ya no tiene edad de soñar, pero que sigue haciéndolo desde que dejó de ser niña, y que lo que verdaderamente les pide a ustedes es ilusión, mucha ilusión, para vivir y para soñar, porque sin ilusión y sin sueños esta niña no podría ser la que es, una soñadora eterna.