lunes, 19 de enero de 2009
Mi abuelo Antonio
Mi abuelo se marchó tal día como hoy, de no hace mucho, y no hay día que no pase algo para que me acuerde de él, quizás porque soy muy como él, pero él era mejor. Escribía con arte, era un artista en todos los sentidos, le encantaba Sanlúcar, entendía de toros como nadie, cincuenta años de empleado en la Maestranza, en la puerta por la que entran los toreros dan para muchas anécdotas. Con él viví, de niña, la sensación de sentir en mi piel, desde la barrera, el silencio maestrante, él me contó las historias de la Semana Santa que tanto me gustaban y él me hizo ese pasito con la carita de la Macarena recortada de una postal, la caja de puros como parihuela, el manto y las bambalinas sacado de un trozo de cortina de mi tía con su pollero, sus varales de alambre y su candelería de papel de plata. Ya apenas se mantiene en pie, con casi treinta años encima y algunas horas de juego, pocas, porque lo que más me gustaba era mirarlo. Ese es el mejor recuerdo de mi abuelo, mi abuelo Antonio, que siempre silbaba "Francisco Alegre" como si estuviese cantando suavemente.
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Mi abuelo también se llamaba Antonio y también nos dejó no hace mucho. Si dices que tú te pareces al tuyo, seguro que también era alguien especial.
ResponderEliminarPara siempre lo llevaras en la memoria.
ResponderEliminarFeliz semana dama de sevillano nombre.
mi abuelo me dejó cuando sólo contaba siete añitos, pero me dejó como legado una historia, la suya, forjada a base de honradez y de ser caballero ante todo, de la que me siento muy orgulloso. Todavía hoy, después de veintiseis años sin él, todavía se me ponen los pelos de punta, y mis lágrimas acuden a mis ojos cuando alguien me dice..."tú eres nieto de Fernando, ¿no?..tú abuelo era un gran hombre", y en seguida me vengo arriba de nuevo.
ResponderEliminarBesos desde Granada, mi abuela se fue hace meses, y lo también sobrellevo como puedo
Los abuelos, siempre imprescindibles y entrañables. Mi respetuoso y cariñoso recuerdo para él.
ResponderEliminarUn beso, mi querida Dama.
Echa un vistazo aquí:
ResponderEliminarhttp://andreadoria.wordpress.com/2009/01/20/el-baratillo-de-sevilla-a-la-memoria-de-antonio-abuelo-de-reyes/
Saludos.
Doria
Dulces recuerdos. Que el sentimiento de pérdida no los amarguen.
ResponderEliminarUn abrazo
Reyes, siempre hay que recordar y tener presentes a los nuestros, a los que nos enseñaron a mirar el mundo. Eso habla siempre bien y mucho sobre quien lo hace.
ResponderEliminarUn beso y felicidades.
Los abuelos son especiales. Lástima que yo no pueda disfrutar ya de ninguno. Hace poco, y cuento un pequeño-gran secreto en este saloncito, que estoy luchando por todos los medios para que mi abuelo tenga una calle en su pueblo del alma: Higuera de la Sierra. Con causas bien justificadas, todo hay que decirlo. Lo cierto, es que la cosa va por buen camino pero hasta que no se cumpla no quiero hablar mucho del tema. Ni que decir tiene lo importante para mi que era la figura de mi abuelo Pablo. Además, tengo incluso creado un blog sobre el asunto, no podía ser de otra forma ¿no?
ResponderEliminarDisculpa Reyes por este comentario tan extenso pero es que uno se encuentra tan agusto en este saloncito que...
Un beso.
Últimamente pienso que me parezco mucho a mi abuela materna, bueno, mucho o algo no sé…
ResponderEliminarCoincidencias, yo alguna vez he entrado a la Maestranza por esa puerta que dices, que es un escaparate de la vida fantástico.
Seguro que te pareces mucho, y lo del pasito… es que me puede.
Kisses
Doria:
ResponderEliminarMe ha encantado, muchas gracias. Ha sido muy emocionante, te he dejado un comentario. Gracias miles.
Cuando se acerque la Cuaresma colgaré una foto del pasito, el cual está para que lo restauren en la Cartuja los del IAP.
También tuve un abuelo Antonio...
ResponderEliminarPrecioso recuerdos Dama, que poco queda...
Antonio
Dama Muchas gracias por el comentario que has dejado en el "coche...".
ResponderEliminarEs que vi la puerta y me llamó la atención sin reparar que era tu blog. Entré y a medida que te leía, enseguida acudieron cantidad de momentos y recuerdos muy entrañables.
Llevo, no tantos como tu abuelo, muchos bastantes años trabajando para la Real Maestranza pero no para la empresa Pagés sino para la propiedad. Me conozco todos los rincones del edificio y he vívido allí dentro momentos únicos.
Unico,por ejemplo es el silencio de un caballo cartujano con su manto y crines, blancos, al viento braceando llevado a riendas largas, sin montar, oyendose en la noche, en el ruedo siempre fría de primavera o verano roto tan solo por el sonido de las pezuñas en el albero.
En nuestra casa, organizábamos un paso de palio con su Virgen a escala pero de verdad, vestida sin faltarle un detalle, la cera montada sobre carretes de hilos "La cometa" puestos en pié a modo de candeleros.
Me hiciste pasar un momento muy emotívo porque andaba en ese instante subiendo a youtube el vídeo.
Saludos.
Doria
Si algún día tengo una nieta me gustaría disfrutarla como él te disfruto a ti. Y si también se llama Reyes ya....
ResponderEliminarNo hay un solo día que por una cosa u otra, no lo lleve conmigo.
ResponderEliminarCreo que alguna vez lo comentamos en otro lugar, mi abuelo también se llamaba Antonio y fue una persona más que entrañable. Curiosamente también guardó siempre relación con otra plaza de toros: la de Valverde del Camino, de la que mi abuela es una de las propietarias y en cuyas gradas pudieron disfrutar los valverdeños, allá por los años 40 y 50, del cine de verano que regentó mi abuelo.
ResponderEliminarAlgún día le dedicaré una entrada, pero es que son tantas cosas que no sabría empezar...
Me has emocionado. Un beso.
Ya te hablé alguna vez de mi abuelo, al que apenas conocí, que también estaba metido en el mundillo taurino y del Ateneo. Y te conté la anécdota de su amigo Rafael el Gallo.
ResponderEliminarCuriosamente hace algunos días encontré unas fotos de mi abuelo toreando de salón.