lunes, 25 de mayo de 2009

El oasis

En aquel coche donde iban cuatro comenzó a sonar una canción de Juan Perro que a él, agarrado al volante y a ella, a su derecha, les hizo volver la cabeza para mirarse unos segundos y sonreir en aquellos tiempos en los que tan poco se sonreían. La vida es así de caprichosa. Recordaron, cada uno a su manera y en silencio, aquellos días de Octubre volviendo de Conil, de aquellos inolvidables días cuando sólo eran tres y el coche no se parecía ni por asomo al de ahora. “Ya hace casi doce años”, le dijo él mientras la miraba como hacía mucho que no lo hacía. “¿Qué nos ha pasado?” La canción hablaba de algo que se escapaba como el agua de los rios. Ella le pasó la mano por la cara prometiéndose mentalmente darle un beso nada más se bajara del coche, quizás deberían besarse más a menudo, o volver a oir aquel disco a orillas de una cala solitaria, o haberse parado en el arcen para besarse deseperadamente, quizás deberían volverse a ellos mismos, quizás era un oasis en el desierto, quien sabe...

7 comentarios:

  1. Melancólico e inquietante ¿autoretrato?

    Besos

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  2. Hay que dar más besos eso lo tengo claro. Ojalá te lean.

    Antonio

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  3. Lo malo es que cuando te bajas del coche ya se te ha olvidado que debes un beso y volvemos a la rutina, rutina, rutina......
    Un beso, en el momento, ahora.

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  4. A esas alturas debe haber otras cosas.

    Un texto precioso.

    Jesús Domínguez

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  5. Tiene que haber más oasis en ese desierto, seguro que ella los está buscando.

    La cuestión es saber si él se atreverá a buscarlos y encontrarlos también.

    Un beso.

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  6. Doloroso pero inevitable. Con el paso del tiempo vamos dejando de ser, y llega un momento en que lo que queda de aquello que fuimos se asemeja en ocasiones a un esperpento. Por supuesto al hacernos conscientes de ello nacen los proyectos y buenas decisiones de retonar. Pero desgraciadamente nunca se retorna.
    Hay que aceptarlo, no queda otra.

    Un abrazo

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