Poveda y las tres hermanas

Hay veces que lo que parece ser una noche sin ninguna aparente motivación se acaba convirtiendo en una noche inolvidable. Ocurrió el martes, en el recital de Miguel Poveda en el Lope de Vega y sus "coplas del querer", él fue el primero que me sorprendió, y como a casi todo el teatro, nos tuvo casi todo el tiempo a lágrima viva, (en mis circunstancias puede ser normal, últimamente ando con la lágrima algo fácil). Tras un concierto el cual no puedo clasificarlo con un adjetivo que lo defina, creo que magistral se queda corto, nos fuimos las tres hermanas a tomar algo a un restaurante justo frente al teatro que por mucho que pretenda con minimalismos, jardines zen y música chill out sigue siendo hortera. Bueno, pues allí se habían dado cita todo un elenco de personajes del corazón encabezados por el mismísimo Poveda, con el cual pudimos departir unos minutillos y robarle una foto para inmortalizar esa noche, una foto donde la menor de las tres se quedó afuera. Lástima. Lo que nos reimos las tres hermanas a costa del famoseo se queda para nosotras, unas risas que hicieron olvidar las lágrimas, auque las que me hizo derramar el que nos reunió esa noche no quisera olvidarlas jamás, porque se puede cantar mejor o peor, pero hacerlo con el alma es privilegio de unos pocos, y en eso, este muchacho, se lleva la palma, por eso hizo llorar a tanta gente.