jueves, 18 de marzo de 2010

El rastro avainillado

El casi axfisiarme en el ascensor de mi casa esta mañana, me hizo acordarme de una escena de la maravillosa película "Luna de Avellaneda", ésa en la que Román, (Ricardo Darín, una vez más, otra vez más de las muchas más), va a comprar un perfume para reconquistar a su mujer y acaba casi comprando la esencia para hacerlo él mismo ante lo prohibitivo del precio de la fragancia elegida. Hay perfumes de mujer y de hombre que deberían de estar a precio de oro, quizás sea por esta sensible nariz mía, santo y seña de mi apellido, que todo lo recoge y almacena, o lo poco que me gustan los perfumes, ya sean fuertes o flojos. Mi vecina, la que usa ese olor a vainilla que no se puede soportar, debería de tener en cuenta a los vecinos que usamos el ascensor y que salimos de él casi narcotizados. Hay veces que deja tal constancia de su presencia con el aroma que se podría saber dónde está la perfumada siguiendo el rastro avainillado. Entretanto me acuerdo de mi abuela, cuando decía que no había mejor olor que el de una mujer "escamondá", porque tiene razón. El problema radica en que mi pituitaria ya ha asimilado la vainilla y no puedo olvidarme de mi vecina, que por otro lado, está "escamondaísima". Le dejaré la película, a ver si capta la idea, aunque sería mejor sustituirla por la novela "El perfume".

6 comentarios:

  1. Menos mal que tu vecina no fuma puros, que alguno queda que se mete en el ascensor con purito y 'to'.

    Yo prefiero la colonia de nenes.
    Aún llevo a cuestas una dosis de mentalidad infantil. Espero que perdure por los tiempos de los tiempos.

    "La vainilla pa los helados", ¡¡por favó!!

    ResponderEliminar
  2. No soporto en general los perfumes, de hecho nunca los uso. Es injusto que la gente que ya es insensible al que usa nos perjudique a todos lo demás con las desagradables frangancias.
    Yo me uno a AGUA FRESCA!!Y nada más.
    Pero hay otro tipo de olores que son igual de desagradables. Algunas personas dicen que puede ser una enfermedad. Se trata del olor a cebollino, sobaco, alerón o como lo queramos llamar. En la planta de mi oficina padece de ello un sujeto joven. La planta entera se inunda con ese olor insufrible que dura hasta altas horas de la tarde, se extiende por todos lados e incluso cuando estás en casa te llega una ráfaga.
    Enfermedad????
    MAS AGUA FRESCA!!
    Bss

    ResponderEliminar
  3. Pues yo, Nenuco y Álvarez Gómez de ahí no salgo...

    ResponderEliminar
  4. Yo soy un amante de los perfumes suaves y con clase pero no dejo de reconocer que un buen esacamondao con Heno de pravia,unas gotitas de Alvarez Gomez y un paseo por Sevilla en primavera ,es privilegio de Dioses.Una pituitaria selecta es solo privilegio de una Dama...feliz fin de semana.

    ResponderEliminar
  5. Pues otro más que se une a la fiesta: no uso. Lo más, los de mis niños.

    Un beso, mi querida Dama.

    ResponderEliminar
  6. Para suerte la mía: dos vecinos están enzarzados en demostrar quién utiliza más litros de colonia para salir de su casa.
    Rivalizan en la compra de las marcas más novedosas y caras, intentando que todo aquel que sube al ascensor se percate del rastro, bueno más bien tufo que dejan a su paso, porque suelen ser "poderosas fragancias" que en alguna ocasión ha propiciado que la limpiadora dejase la puerta abierta unos minutos para poder fregarlo, sin asfixiarse en el intento.

    No soy de colonias, si de algún perfume suave, discreto y adoro las colonias de bebé


    campanilla

    ResponderEliminar