miércoles, 26 de mayo de 2010

Para la ternura siempre hay tiempo

Yo nunca he visto cantar en directo a Caetano Veloso, pero debe de ser parecido a quien anoche cantaba susurrando, alguien que después de casi dos horas de conexión público - cantante, me impedía conciliar el sueño porque seguían resonándome sus frases y sus melodías, como si estuviese en el limbo musical, sencillamente, me había encantado, me había fascinado su manera de cantar, que no canta, susurra, aunque se desvincule del micro y se acerque al patio de butacas sólo con su guiatarra.
Yo apenas conocía a Jorge Drexler, la canción del óscar y algunas de su disco Eco, y un tema que un amigo cierto día me recomendó como canción reveladora. Precisamente éste tema me dejó lista cuando empezó a repasar su discografía, me acordé de él y de su revelación.
"Estás conmigo, estamos cantando a la sombra de nuestra parra..."
Una noche para no olvidar, por su voz, por sus letras llenas de ironía y dulzura, por su ternura, por su simpatía o por su pedazo de banda. Luego llegó Kiko Veneno para poner el broche de oro con un "Volando Voy" que hizo que el Lope de Vega explotara. Una noche de canciones inolvidables, llenas de ternura y sensibilidad, como parece ser que es denominador común en algún que otro uruguayo.

3 comentarios:

  1. Que envidia…. Jops…

    “Una canción que dice que uno sólo conserva lo que no agarra…”

    Kisses

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  2. Hola amiga:

    Estamos en Calafate, en plena patagonia argentina. Días atrás estábamos en la cordillera andina. Los paisajes son impresionantes, ya tengo pensado un libro de cuentos patagónicos.

    Tu libro, afirmativo, la remera de Messi, queda poco, y alguna sorpresilla chocolatera cayó.

    Mañana nos espera el fin del mundo.

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  3. Sólo por Kiko habría merecido la pena estar allí.

    Un beso c.d.m.

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