domingo, 7 de noviembre de 2010

Pedro Páramo dos veces seguidas

Ya lo decías en la dedicatoria, amigo mío, pero te quedaste corto; la línea cuasi invisible que delimita la frontera entre lo real y lo irreal no es tan difusa como para no poderla distinguir fácilmente, es que contada de esta manera, es completamente inapreciable. Lo acabé hace un par de días, y me quedé algo pillada, no sabía que había leído, si era una historia de fantasmas, de muertos vivientes o sencillamente, una obra maestra. Nunca hago caso de los apéndices aclaratorios salvo en esta ocasión, que los leí con avidez deseosa de encontrar algún otro sentido a lo que había leído. Y tuve que volverla a leer de nuevo para encontar esta vez, significados diferentes, que seguro cambiarían de parecer si la leyese por tercera vez. Ayer, cuando puse la fecha y mi nombre, acto protocolario que da por concluida una lectura, supe que había leído una obra maestra, no tiene otra definición, una joya del realismo mágico, y supe de igual manera, lo bien que pueden llegar a conocerte, cosa que lo hace igual de estimulante.

-En ese cuarto ahorcaron a Toribio Aldrete hace mucho tiempo. Luego condenaron la puerta, hasta que él se secara, para que su cuerpo no encontrara reposo. No sé cómo has podido entrar, cuando no existe llave para abrir esta puerta.
-Fue doña Eduviges quien abrió. Me dijo que era el único cuarto que tenía disponible.
-¿Eduviges Dyada?
-Ella.
-Pobre Eduviges, debe de estar penando todavía.

Ahora me espera Elvira Lindo, un detalle de alguien que me conoce de la misma manera y con una dedicatoria igual de estimulante.

9 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Querido amiga, he rebautizado el blog, así que te mando la nueva dirección (www.enriquehenares.blogspot.com) para que me sigas visitando y para que la incorpores a tu lista de enlaces, que al no ser de las que marcan las actualizaciones no lo modifica solo.

    Un saludo y gracias.

    ResponderEliminar
  3. Que razón tienes, yo lo leí (bueno no acabe de leerlo) me pareció demasiado complicado ¡no se me aburría! Vamos que no tuve güevos de entrar en la trama, pero reconozco que aunque no lo pille tiene algo…que tienen esas obras maestras, que tienes que buscar el momento idóneo para introducirte en la obra…me paso lo mismo con Rayuela.
    Juan Antonio

    ResponderEliminar
  4. Lo lei en aquellos años de BUP y, seguramente, no fue el mejor momento. Me desconcertó el libro. Requiere una segunda lectura, sí. O una tercera.

    Y llevo mediado el libro de Elvira Lindo. Me da que te va a gustar bastante.

    Besos, mi querida Dama.

    ResponderEliminar
  5. cuando yo estudiaba arquitectura, esta obra de Rulfo estaba incluida en el programa de Proyectos III de sexto de carrera... del profesor García-Aguilera...

    buscaré en el trastero de mis padres...

    ResponderEliminar
  6. Me lo apunto, me gustan los retos. Saludos, Dama.

    ResponderEliminar
  7. Cuando le leí hace unos años, sabía desde las primeras líneas que me marcaría esa forma de contar las cosas.

    Y así fue.

    Un abrazo
    Antonio

    ResponderEliminar