Ayer fue uno de los tres días al año de visita obligada a Santa Catalina, porque aunque no sea ese lugar el destino de mi visita, da igual, es Santa Catalina el lugar de llegada. Esta vez no me paré a observar a la Santa que corona la Iglesia agarrada a su rueca, como creo que llevo haciéndolo toda mi vida, ni al tuerto que se esconde bajo la teja, que mira de reojo con su ojo bueno la puerta de la farmacia. Desde aquí invito a que lo busquéis, eso si no acabáis lamentado el estado en que se encuentra el lugar en donde me hice cofrade y que es para mi, ya no una iglesia, si no el origen del circuito pasional de mi particular Semana Santa, esa que va del Tremendo a la calle Gerona y de San Juan de la Palma a la rueca y la palma que corona el templo y que cuando era niña, pensaba que estaba tan alta como una diosa. Ojalá no acabe por los suelos ante la impunidad de gobernantes, políticos y curas, porque a mi se me parte el alma cada vez que me acerco a Santa Catalina y la veo con los ojos del alma, porque parte de mi alma está en el interior de ella.
He tomado buena nota. La próxima vez que pase no me perderé detalle.
ResponderEliminarUn abrazo
Que razón tienes amiga Reyes.Y es que hay lugares de Sevilla estrechamente unidos a nuestras vidas, que forman parte de nosotros mismo.Por cierto,también Santa Catalina es parte importante en mi universo cofrade; mis hermanos pequeños salieron de nazarenos en su cofradía durante algunos años.Besos y abrazos.
ResponderEliminarBuscaré esos dos detalles para mí desconocidos.
ResponderEliminarLástima de Santa Catalina, esperemos que ya le quede poco para entrar definitivamente en la enfermería.
Un beso
Gracias por darme a conocer ese detalle de Santa Catalina y su tuerto.Poco a poco voy conociendo esos pequeños secretos que esconden las calles de Sevilla y que encierran las leyendas que la transforman en una ciudad mágica.Como vé,,,la visito ya con asiduidad y siempre aprendo .
ResponderEliminarTendremos que tener fe y si tiene tan buen fin como el Salvador, todo lo daremos por bueno.
ResponderEliminarAyer recibi tu libro y estoy deseando empezarlo.Ya te criticare,ja,ja,ja...
Besos
cuando pase por Sevilla, espero que ese Jueves Santo en que mis amigos levantan los zancos de ese impresionante paso de misterio que reside en ella, me fijaré en esos detalles de los que hablas...¡la de cosas que créemos conocer y no conocemos!
ResponderEliminarUn beso desde Granada
Yo también buscaré los detalles.
ResponderEliminarEspero que pronto resurja esa Casa de todos, que lo es más que las setas que tanto dinero se han llevado. Igual con parte de ese presupuesto ya se podría haber recuperado Santa Catalina.
Saludos
Ya mismo estamos en el cangrejo comiendonos la mortadela.
ResponderEliminarFdo. tu clon
Hace días escribí e intenté publicar un largo comentario sobre mis recuerdos de Santa Catalina sin éxito pues algo en la identificación de la cuenta debió fallar. Su conclusión, nostalgias aparte, era que lástima de Santa Catalina. Espero que este se publique.
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