miércoles, 27 de junio de 2012

Yendo de rebajas

En estos días que ando bajando y subiendo de la montaña rusa que llevo dentro, ocurren cosas, algunas pequeñas y otras enormes que te hacen pensar realmente qué cojones está pasando para que te llegues a encontrar tan mal en determinados momentos. Se es como se es, como canta Drexler, siempre Drexler en esa canción que habla de Aquiles, y yo no puedo remediarme, pero indudablemente debemos ser más consecuentes con nuestras lágrimas, saber apreciar por qué se llora o a quien se llora. 
El detonante de todo esto me lo brinda mi siempre Rafael, dispuesto a concederme frases memorables. Un email con fin de fiesta de tamaña emvergadura me hizo parar en seco y reflexionar; "La vida es un enorme regalo que debemos disfrutar sin condiciones. Lo contrario es imperdonable"
Mi amigo Quini se marchó tal día como uno de éstos de hace veinte años a la misma edad  que el dorsal número 26 de la camiseta de las trece barras de mi Betis. De Quini no he dejado de acordarme ni un solo día pensando qué haría ahora, con mi misma edad. De Miki pienso lo mismo, pero lo personifico con mi hijo, casi de sus mismos años. Del mismo modo, voy a visitar a un caballero que apura sus últimos días de vida en un hospital rozando el larguero de los cien años y allí es cuando todo cobra sentido. De él se aprende mucho, de la vida y del Beticismo. Yo lo hice, y por ello, ayer salí del hospital tras darle la mano y sentir su poca fuerza, recordando a Miki, a Quini, a mi abuelo, a mi madre, a mi amigo Juan Manuel, a los motoristas sin guantes pero con bolsillos en las chaquetas, a Cádiz, a Carmona , al gol de España en la soledad de la lectura sanluqueña, a lo que se quedó en las setas de la Encarnación y a la libertad de soñar con quien no debes. Me puede la sensación de hacer un crimen horrendo privándome de vivir lo que siento, yendo de rebajas por la vida, llorando por memeces innecesarias en mi caso o replanteándome qué hacer o qué no hacer tantas y tantas veces. Hay que aprovechar cada momento que se te ponga por delante para ser feliz. Cualquiera, sea de la índole que sea y donde sea. Cualquiera. Lo tengo claro.



3 comentarios:

  1. Yo me quejaba de que no tenía zapatos, hasta que conocí a un hombre que no tenía pies.
    PROVERBIO ARABE.
    Saludos.

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  2. Hola, mi nombre es Ximena. Vivo en Argentina hace varios años, si bien de nacimiento soy española. Nacida en Madrid, pero de sangre andaluza.
    Los primeros días del pasado Mayo, anduve recorriendo la calle Feria, sacando fotos de la Giralda y fue entonces cuando José, mi primo, me regaló tu libro "El juego del hombre invisible". Recien comienzo a leerlo, voy por el cap. 06.
    Triana es parte de la banda sonora de mi vida, y como tal, empieza, poco a poco a serlo, de todos aquellos que me conocen! jejejeje. Pues transmito su poesía a quien sea.
    Quería saludarte.
    Volveré a escribirte cuando finalice el libro. =)

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  3. Gracias a las dos, por ese proberbio árabe tan necesario y tan útil, y a Ximena por compartir esa luz que todos llevamos dentro, y que estoy segura que sabes perfectamente de lo que te estoy hablando.
    Un placer encontrarte por aquí. Espero tu crónica de mi novela, en la cual Triana es la banda sonora, como lo es de mi vida propia.

    Un beso a las dos, y otro a tu primo José, alguien a quien le debo mucho...

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