miércoles, 10 de septiembre de 2014

Luna y pedales

La luna llena trae sus consecuencias, y máxime, para una lunática irredenta como quien os escribe, que sale de trabajar a horas no habituales y se encuentra con ella pedaleando cruzando el río, mientras el aire fresco que le da en la cara y le despeina el siempre despeinado pelo, le trae recuerdos de aquello que no se olvida.
Dejo la bici a un lado, y observo la luna en ese lugar secreto y suyo, dejando en evidencia a Sabina con aquello tan dolorosamente incierto de que donde se ha sido feliz no se debe tratar de volver. Yo siempre vuelvo, aunque nunca me he ido; una parte de mi siempre estará ahí. Y le doy al play buscando la canción que tiene que sonar en ese mágico momento, llegando a la conclusión de que soy autónoma con mis sentimientos, y libre para decidir quién es como quién y quien no lo es.
Miro el agua, me acuerdo de Camarón cuando cantaba aquello de "luna que brilla en los mares azules, luna deja ya de girar al mismo mundo..." y me lleno el alma de besos, de trinos de pajaritos, de palabras y de miradas curiosas, y antes de que mis ojos me delaten delante de la luna arrogante, bonita y poderosa, me marcho pedaleando mientras por mis auriculares alguien termina de contarme la historia de una señorita escritora...

(Para Carmen, por muchos motivos)

7 comentarios:

  1. Eso es un sueño suyo no?, lo del lugar secreto y suyo y los recuerdos alli vividos,que boniiiiito, cuente que le pasó alli.

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  2. Eso, díganos cuál fue ese lugar secreto.

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  3. Yo tambien soy observadora como tu, observo a la gente de mi trabajo, sus manias, sus gustos sus problemas, su actitud ante determinados sucesos, podria escribir algo sobre eso, a mi esque se me da mal escribir.Besos

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  4. Escriba, solo hay que ponerle palabras a lo que uno ve.
    Si lo escribe, yo le prometo contarle cual es mi lugar secreto.

    besos.

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  5. Te puedo contar cual es mi lugar secretro, creo que es más interesante ya que en la oficina a oesar de mi faceta observadora todo es tan triste que no merece la pena contarlo ya que ves el patetismo ouro y duro.Mi lugar secreto es aquel en el tras un día agotador me cobija, me abraza con sus brazos confortadores me mira a los ojos y me dice te quiero con la luna asomandose a nuestra ventana.

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  6. Precioso. Qué suerte tener esos brazos confortadores, esos ojos y esa luna asomándose a la ventana. Y si lo acompaña con una sonrisa ya sería el paroxismo. Yo me conformo en la "oficina" con poderlo mirar de vez en cuando sin que me diga nada, a lo sumo... que mi amor es obsesivo.

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  7. En definitiva, todos tenemos nuestro lugar secreto, los ojos nos delatan.

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