Me ha sorprendido Pedro Guerra, el único acompañante de mi tarde y un relato de Flaubert que me recuerda a mi madre. También me recuerda al nuevo inquilino de mi casa, un agaporni que ha roto la paz de Mariano, quien tan a gusto vivía en su nueva jaula de los chinos. La protagonista de "un corazón sencillo" tiene pasión por un ejemplar parecido. Y reflexionando sobre Flaubert, el periquito y oyendo a Pedro Guerra, caí en la cuenta de que empezaba a llover y debía pedalear de regreso a la paz de mi casa donde se relajaban tras la nochecita. Con lo cual, la lluvia, el agua para ser exactos, de nuevo volvía a devolverme a mi vida, y yo encantada.
Feliz año nuevo, esperemos que mañana el Betis nos de una alegría por el año nuevo... Para sumar y seguir.
ResponderEliminarY una buena ovación al palco, eso es lo que espero como agua de mayo, y nunca mejor dicho...
ResponderEliminarIgualmente, feliz año.
Habrá que ponerle un nombre al agapurni? Bonita foto en el rió ¿que orilla es?
ResponderEliminarfeliz año.
j.A