La gata Roma

Me gustan mucho los gatos, pero no puedo tocarlos, mi alergia se resiente considerablemente. Siempre he estado rodeada de alguno a lo largo de mi vida, y curiosamente, mi grupo, ilustra una de sus portadas con un gato negro de mirada profunda que se asomaba de vez en cuando a escuchar los ensayos. Pero hay una gata, generosa, para romper con las reglas felinas, cariñosa y de gran corazón, que de vez en cuando se asoma a mi salón para invitarme a no dejar de soñar, ni con Cuba, ni con el Betis, ni con Maldini, que cuando se escapó a su ciudad eterna, se le olvidó traérmelo en la maleta.

Gracias Mercedes, eres un encanto.