viernes, 13 de marzo de 2009

Un día en el Inem

Ahora que desgraciadamente acudo a la oficina del Inem que me corresponde, observar al personal que la frecuenta da para una buena entrada en el blog. Esta mañana, mientras esperaba mi turno, casi me asfixia una mujer que estaba sentada a mi lado con un aroma entre coco y vainilla y que me obligó a esperar de pié, el vigilante, dándoselas de simpático, no dejaba de tirarle los tejos a cada una de las ocupadísimas empleadas de la oficina, todas con los mismos culos de asiento; la gente comenzaba a llegar masivamente, incluso observé atónita cómo sellaba su demanda de empleo un repartidor de butano y un señor que portaba unos cajones de un mueble de cocina y que del que le asomaba, por el bolsillo trasero del pantalón de trabajo, un destornillador. Había un sudamericano con cara de qué hago yo aquí, una niña pequeña que se entretenía tirando los folletos al suelo bajo la pasividad de su madre, joven como ella, y los afortunados empleados funcionarios, que pasaban por delante de todos nosotros, desempleados desafortunados, sabiéndose envidiados por la seguridad laboral que exhalan. De vuelta, me topé con el colmo. Seguro que lo habréis visto, recorre el tramo de calle una y otra vez. Me parece asqueroso que alguien ofrezca ese tipo de trabajo, pero cuando le miro la cara al hombre entiendo que esa expresión no se encuentra en las oficinas del Inem. Hay trabajos para los que es mejor estar en el paro.

9 comentarios:

  1. En fin, espero que sea una racha que te dure muy, muy, muy poquito.

    Un beso, mi querida Dama.

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  2. y qué trabajo ofrecía???

    malas rachas las tenemos todos... ánimo!!!!

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  3. Perdón, hay que abrir la foto para apreciarlo.

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  4. Veo al señor de la imagen cada día y siento no estar del todo de acuerdo contigo. Es cierto que es una verguenza que se ofrezcan ese tipo de trabajo pero aún es más vergonzoso lo que hacen muchos de chupar y chupar del bote de todos con un trabajito de esos que no constan en ningún sitio. Ese hombre se gana la vida trabajando, horas y horas con ese cártel por cuatro duros que le darán. Lo lamentable es que haya muchos que prefieren estar en el paro a levantarse todos los días para ir a trabajar.

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  5. Siempre pensé que lo del INEM daba para una entrada, y eso que aún no conozco la nueva oficina que nos ha tocado en suerte. El de seguridad es un personaje, entiende y sabe más que el director, vamos según me han contado le han puesto ya una mesita y todo.
    Mi madre trabajó una temporada en el INEM, interinidad que como viene se va, así que tranquila, es fácil pasar de un bando al otro..
    Kisses a la parada del año

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  6. Todos los días veo por la Puerta Osario a ese señor con el cartelón de "Se compra oro" y me parece un trabajo tan digno como otro cualquiera, tal vez el no ha tenido otras oportunidades mejores pero al menos no está robando
    Saludos

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  7. De acuerdo, es un trabajo, pero de digno nada, y menos con la edad de ese señor, ahí voy yo.

    Gata: ES esa oficina. ES ese vigilante, con mesita y todo.

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  8. Es un trabajo y la dignidad la da quien lo realiza.

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  9. Dama a mi tampoco me parece un trabajo digno, te comprendo.

    En Madrid hay cientos de trabajadores así y cuando los ví por primera vez algo se me revolvió por dentro. Ya, desgraciadamente, a fuerza de costumbre esa sensación ha desaparecido.

    Un beso.

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