jueves, 26 de marzo de 2009
Y es que no hay nada mejor...
Quien me conozca sabe de mi afición por el café, tengo horas concretas en las que tomo café con verdadera ansia, sobre todo después de comer, pero hay cafés que sientan mejor que otros porque encierran conversaciones, miradas, risas o palabras que hacen que esté más suculento, que te siente mejor. Tomar café junto a alguien que te está hablando de libros, de Paco Ibáñez y sus "palabras para Julia" o de escritura es algo maravilloso, compartir un café con alguien que mientras te habla lleva la mirada encendida por un recuerdo de mujer es fantástico, quedar para tomar uno cómo vínculo para estar en contacto tras una relación laboral, casi semanalmente, incluso evadiéndonos de todo en la Capilla de la Virgen de los Reyes, todavía es mas fantástico, pero prometer a alguien un largo café sin prisas para hablar de lo divino y de lo humano, es toda una ilusión. Todos estos cafés me recuerdan a una frase de una canción de Nacha Pop que decía que no había nada mejor que remover el tiempo con el café, sobre todo en buena compañía, por ello, doy las gracias a todos los que removéis el tiempo conmigo, a los que sabéis que estáis, de alguna manera, escondidos entre estas letras.
Y es que no hay nada mejor que formular,
escuchar y oir a la vez.
Mide el ángulo formado por ti y por mí,
es la solución a algo muy normal aquí.
Ahora tú no dejes de hablar,
somos dos relatos y un par,
incógnita que aún falta por despejar.
Busca un libro que diga Cómo,
luego otro que se titula "Así", sigue,
un tercero llamado "Nada" es la fórmula de un círculo sin fin.
Y es que no hay nada mejor que remover
el tiempo con el café.
Y es que no hay nada mejor que componer
sin guitarra ni papel.
Paralelas vienen siguiéndome,
espacio y tiempo juegan al ajedrez.
Ahora tú no dejes de hablar.
Incógnita que aún falta por despejar.
Y es que no hay nada mejor que remover...
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Qué bonita entrada, querida Dama...Yo sólo tomo un café al día, sí, sólo uno: nada más levantarme, un café solo muy, muy cargado. Imprescindible para mí.
ResponderEliminarUn beso, mi querida Dama.
Va pasando el tiempo...
ResponderEliminarY me acuerdo de esos cafés que no tome con aquellos que no pude olvidar.
Saludos
Antonio
P.S. Que poco queda.
Maginifica canción, diría que tan imprescindible en mi prepertorio musical personal, como el café a lo largo de toda mi vida.
ResponderEliminarYo califico a las personas en dos grupos: con las que me iría a tomar un café (como esos que narras) o con las que nunca iría.
ResponderEliminarPues yo jamás lo he tomado con nadie... porque no me gusta el café.
ResponderEliminarClaro que eso de "vamos a tomar un café juntos" es más una frase hecha para compartir un rato que para tomar propiamente el café.
En condicones normales me tomo unos 6 cafés al dia y entro en muchos sitios y le pongo nota.Entro frecuentemente en uno donde hay un cartel que dice:El café es una bebida que incita apensar y cuando un pueblo piensa,resulta peligroso para los tiranos y los enemigos de la libertad.Saludos querida dama
ResponderEliminarBogar, me tienes que decir dónde está ese bar, sólo por esa frase merece ir a tomar uno allí.
ResponderEliminarDesde luego que sí, es mucho mejor que poner la oreja en hablar solo de niños, de comidas o de televisión.
ResponderEliminarEs diferente, un placer para los sentidos.
Vale.
Es curioso, pero en mi época de estudiante apenas probaba el café; sin embargo hoy me es esencial tomarme uno nada mas clarear la mañana para arrancar el día. Y si pueden ser dos, mejor.
ResponderEliminarSaludos.
Cuando te gusta tanto, resulta dificil tener que tragarte un descafeinado, pero más, si quién tienes enfrente, está idem.
ResponderEliminarDama, ese bar tiene que ser muy, muy especial como Vd., pistas del lugar, por favor.
campanilla.
Bueno, querida Dama; mientras se hace el cafelito vespertino me pongo a la tarea de darle los datos que me pidió por ahí por otro blog del entorno.
ResponderEliminarEse Frank Marino que acaba de descubrir usted y que tanto le gusta está ya hasta retirado, y debe andar por la mitad de la cincuentena más o menos. Es canadiense y saltó a la fama a principios de los ’70 liderando un grupo llamado Mahogany Rush, en el que destacaba por su forma de tocar la guitarra… de él llegaron a decir que era la reencarnación de Jimi Hendrix, fíjese usté.
A mí esa es la etapa suya que más me gustó, sobre todo el cuarto disco que grabaron, al que llamaron, en un alarde de originalidad, “Mahogany Rush IV”. Después, los aplausos que le echaban por sus alardes pirotécnicos guitarriles se le fueron subiendo a la cabeza y comenzó a llamar a la banda Frank Marino y Mahogany Rush, para después, ya comenzando los ’80, cambiarlo de nuevo a Frank Marino, a secas… todo el crédito para él.
Su estilo se fue haciendo cada vez más agresivo, pero como ya comenzaron a aburrirse de él (la verdad es que se repetía bastante) cambió un poco el estilo, haciéndolo más rítmico y babosillo… ya sabe, metiendo muchas de las baladitas hardcore al uso… pero nada, que ni puto caso. Así que allá por el ’92 o el ’93 dejó la música y puso un negocio de venta de ordenadores o algo por el estilo.
Pero como la cabra tira al monte, con el nuevo siglo volvió a la música y por ahí anduvo hasta hace cuatro o cinco años, en que me imagino que ya se retiró, porque desde entonces no ha vuelto a editar nada nuevo.
Este tío debía ser muy rarito, o un espabilao, sabe usté? Porque de jovencito tuvo un accidente de coche bastante grave y estuvo algún tiempo en coma. Cuando despertó, supongo que para poder buscarse un curro bueno en la música, comenzó a decir que el espíritu de Jimi Hendrix le había visitado mientras estaba comatoso, y le había enseñado en sueños a tocar la guitarra con los dientes, como hacía él. Y en directo no se cortaba un pelo haciendo versiones de “Hey Joe” y “Star spangled banner”.
La verdad es que fue un guitarrista más espectacular que original, y la historia no le guarda en un nicho dorado que digamos. Pero siempre ha tenido sus adeptos, como me imagino que debe ser ese amigo suyo que le ha pasado la recopilación.
Pues nada, que la disfrute usted… voy por el cafelito, que ya está hecho.
Gracias sabio Carrascus. Mi amigo, por su edad, sabiendo mis gustos musicales, tras una conversación muy agradable sobre música, me dijo: "Te voy yo a traer guitarreo del bueno, de mi época" y me grabó un CD con temas de él que son absolutamente maravillosos.
ResponderEliminarLe debo dos mil y un botellines, como sabrá.
De momento, le dedicaré la Banda sonora del salón en su honor.
Un besazo, querido Carrascus.
Dicen por aqui arriba que un Moro jarto de pasta ha comprao el Betis. Lo mismo os prohíbe comer jamón. Lo que no sé es si os va a dejar tomaros ese rico cafetito de la mañana.
ResponderEliminarMe gustan todas las definiciones, todos los matices perfumados que han ido aromatizando tus cafés. La vida se bebe a sorbos, se pulsa templada y se contempla mejor desde el rancio sabor de una buena taza de café.Coincido con el resto, es un rito imprecindble de mis mañanas.
ResponderEliminarPerdón por el retraso.La cafeteria no es que tenga mucho encanto pero bueno.Está en el Viapol Center en Diego Maretinez Barrio 4 y se llama EL TREN.A sus pies querida dama
ResponderEliminarhe tenido unos instantes de satisfacción, agradable sorpresa y emoción...me ha llamado la atención primero, los datos del blog, tan andaluz, tan sevillano y luego ese aroma a café...mmmm que me acompaña cada uno de mis dias y en cada una de mis conversaciones y encuentros...y esa canción tan bella de nacha pop...muchas gracias por tan buen rato!
ResponderEliminarDesde un rinconcito de Alicante, pegadito al Mediterraneo