martes, 21 de julio de 2009
Profesor Mccourt's
De las veces que mejor he sentido leyendo lo que era tener hambre en el recuerdo de un niño, la humedad de Limerick, los conflictos religiosos, el té, la cerveza y el pescado con patatas en papel de estraza, y la extraordinaria manera de contar y compartir los recuerdos de quien gracias a ellos, por ejemplo, consiguió el premio Pullitzer. Se hizo a si mismo en la tierra de las oportunidades, Alan Parker, magistralmente, llevó su historia al cine, y a mí me enamoró su manera de contar las cosas que veía de niño, que guardaba, afortunadamente para que me hiciese con ese libro y que se convirtiera en uno de mis favoritos. Ayer nos dejó ese niño que creció entre la humedad y soñó con ir a América, quien dejó sus recuerdos entre sus historias, como ocurrió en "Las cenizas de Ángela".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHoy he leído su mortuoria y me han entrado ganas de leer el libro.
ResponderEliminarlo buscaré.
Yo no leí el libro ni vi la peli, pero lo tendré en cuenta.
ResponderEliminarPor cierto Dama, ¿te llegó mi email en el que te decía donde podrías pillar los dvd de Heavy Metal y Los girasoles?