sábado, 17 de octubre de 2009

Salidas extraordinarias


La noche no pudo empezar de mejor manera. Que un aparcamiento te sorprenda en plena calle Alhóndiga ya es una señal a tener en cuenta.
Unas entradas para la Sala Cero por una opinión sobre lo que harías si pudieses viajar en el tiempo, me brindaron la oportunidad de regalarme una salida extraordinaria por mis lugares en compañía de una amiga que, igual que yo, lleva bastante tiempo falta de "salidas extrordinarias". La obra vista, "Vagón de Cola" nos puso a tono y con ganas de pasarlo bien arribamos en mi particular kilómetro cero, el Tremendo. En su interior dos habituales de este salón daban buena cuenta de sus famosos tanques mientras yo, atípica, me bebía un Nestéa (¡que le voy a hacer, no me gusta la cerveza...!).

Acto seguido paramos en la segunda estación de mi particular Vía Crucis del circuito pasional, un taco de pollo al curry y las insuperables "papas al roque" sirvieron para preparar la noche, entonar el estómago y comenzar a hablar de cosas más serias, los hombres.
Cuatro de los seis LPS que estaban como adorno y a la venta en el bar, eran de mis favoritos, Imán, Triana, Lole y Manuel y Alameda. Este bar tiene algo especial, siempre me arrepiento de no ir más. Manuel estaba de descanso, su hermana al menos, es más simpática.
Hubiese querido tomar la copa de rigor en casa de Pepe, pero mi amiga optó por "El garlochí". Lástima, dentro de la esquina más rancia de Sevilla había alguien con quien hubiese sido interesante un intercambio de miradas, pero ... mejor la duquesita, el humo que ya me estaba afectando a los ojos y la música horrible de Il Divo. Pensé que es curisoso que siempre esté en ese bar, como si siempre hubiese unos ojos esperándome debajo de las barbas del cartel.
Ciertas confesiones, algún intercambio de turbulencias personales y sobre todo, la grata sensación de sentirnos bien en mutua compañía nos hizo prometernos una segunda entrega de salidas extraordinarias. Nos quedamos con las ganas de ir al Perro Andaluz, y eso es imperdonable, pero el reloj ya pasaba de lo "tolerable". Esa es nuestra escusa para repetir una nueva escapada, nos quedamos con las ganas de una cuarta parada en el Via Crucis...

6 comentarios:

  1. Por lo que cuentas, salvo la falta de tiempo material, no fue nada mal la escapada por mis terrenos de niñez y adolescencia.
    Frecuéntalo más Reyes, se ve que te gusta.
    Un eso

    ResponderEliminar
  2. Es que estuviste en el triángulo de las Bermudas... allí todo está lleno de sensaciones que dan gustito, a cada vuelta de esquina, en cada adoquín, en cada luz de farola...

    Saludos
    Antonio

    ResponderEliminar
  3. Buen Viacrucis.
    Por allí también está El colmao (Ponce de León) que ponen buenas tapas.
    Y junto al Ajo blanco estaba La casona, uno de los primeros bares "heavy" de Sevilla.

    ResponderEliminar
  4. Que grandes las salidas nosturnas sevillanas, el viernes me tomé fasi los diez servesones, que yo creo que es algo, como que no puedo salir de la tasca que me enreo lo que no está en los escritos...

    Un saludaso miarma.

    ResponderEliminar
  5. Pues nada, la semana que viene hacéis una salida extraordinaria para celebrar que se cumple una semana de esa salida extraordinaria.

    Valga la "reburnancia".

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  6. Maravilloso recorrido! Y que no pisarais El Perro Andaluz ... o el Urbano!!

    ResponderEliminar