domingo, 4 de julio de 2010

Turbulencias personales

Ruego sepan ustedes perdonar mi ausencia. No ha sido por vacaciones, ni por exceso de trabajo, ojalá, ni por estar aún levitando por la rotonda del Alamillo, sencillamente no me hallaba en mí tras una semana llena de emociones encontradas. Agarré camino y me perdí un fin de semanilla para preparar el cuerpo a la gran escapada anual, Sanlúcar siempre es maravillosa para reencontrarse y para encontrarse con fotos curiosas aunque sólo pases una tarde en sus aguas, cosas de la marea, y descubras la gastronomía mejicana en un nuevo bar bastante interesante. Por supuesto, con la visita obligada a los templos gastronómicos habituales. A la vuelta, la radio del coche me regalaba una canción de Revolver de esas que te hacen pensar, antes había sonado "La chica de ayer" y de nuevo pensé "Hay que ver lo que me gusta esta canción..." pensada con mi propia voz y con la intensidad que la frase requiere. Pero desde el domingo, tras la vuelta del Maestranza, ya estaba yo algo turbulenta hasta el miércoles, día en el que alcancé el cénit turbuléntico, cuando volví a verle, (siempre nos reencuentran motivos balompédicos). Allí estaba él, tan él como siempre y yo, tan yo como siempre. Será cosa de la edad pero ya incluso habla conmigo de una manera cordial y absolutamente opuesta a la que habría sido hace veinte años, cuando vestía el 3 a la espalda. Serán cosas de la edad. Esta semana también será también especialmente turbulenta, ya que afronto la vereda de añadirle un uno a mi cifra redonda en la tarta de cumpleaños, pero para entonces, ya estaré en mi exilio sanluqueño, un lugar idóneo para pasar turbulencias personales y porqué no, para de una vez, empezar a madurar.

9 comentarios:

  1. ¿Empezar a madurar? Qué no, mujer, qué no...que digo yo que para qué sirve eso. Debe ser muy aburrido.

    Un beso, mi querida Dama.

    ResponderEliminar
  2. Vaya, yo te imaginaba ya por esta ausencia desconectada en Sanlúcar hasta septiembre en unas largas vacaciones después de la racha musical. Ánimo con las turbulencias, que suelen pasar pronto y felicidades algo adelantadas por el uno después del cuatro.

    ResponderEliminar
  3. Querida Dama por tu bien, y egoistamente por el nuestro, ni se te ocurra. Perderías el encanto y la naturalidad de tu verso. Deja esas cosas para los que nunca descubrieron la vida escuchando una canción en el coche.

    Beso.

    ResponderEliminar
  4. Que disfrutes de tus vacaciones, que descanse y todo eso, pero lo que dices de madurar con ¿41? es excesivamente pronto, ya llegará la hora de hacerlo.
    Vive y quiere con eso tendrás bastante, un beso

    ResponderEliminar
  5. Cuando llegues a 51 ,me dices,de madurar y por supuesto lo q te pasa es un ataque de adrenalina de los conciertos,disfruta en Sanluca has lo que quieras y no lo que vieres,rompe, co`n todo lo trdicional y muchas felicidades a delantadas, pero siguenos regalandonos, esas historias,tuyas muchos besos y feliz vacaciones

    ResponderEliminar
  6. Dios mio, todo el mundo con la dichosa palabrita... madurar, madurar, madurar...
    Yo empiezo a creer firmemente que relamente eso de madurar no existe...

    ResponderEliminar
  7. ¿Sabes cúal es uno de los antónimos de turbulencia? Quietud.

    Mejor siempre en ebullición c.d.m., mejor siempre en turbulencia.

    Un beso

    ResponderEliminar
  8. Disfruta de tus vacaciones pero no pienses en madurar que todo fruto que madura se cae del arbol...Y a estas alturas na vas a sufrir un descoñe ¿no?
    besos

    ResponderEliminar
  9. Estinada Dama: Siga usted poniendonos los dientes largos con eso de veranear en Sanlúcar, que malaleche. Por cierto un servidor de usted, tiene unos cuantos más de 41 e intento cada día no madurar (en algunas cosas). Feliz veraneo y no te quemes, en todos los sentidos.

    ResponderEliminar