martes, 29 de marzo de 2011

Cien días

Veo esta foto y me embarga una tremenda emoción, creo que es todo lo que mi beticismo representa. Ahora, algo más de cien días desde aquel 13 de diciembre, parece increíble que tras dieciocho años de secuestro, nos hayan devuelto ese Betis que tanto se nos ha negado. Ese que está en las manos de un bético por pura justicia y nunca mejor dicho. No podría perdonarme no homenajear desde mi atalaya a quien desde aquella noche de diciembre, pulgar en alto y sonrisa que daba aliento a toda una afición, llegaba para poner orden y concierto y lo más importante, para unificar al beticismo.

Cambió el consejo, con buen acierto y se puso manos a la obra rodeado de quienes sabían trabajar por el bien de su Betis, de nuestro Betis. Se estrenó como presidente en Tenerife y estoy segura de que jugó allí su partido más difícil, sin correr por la banda, sólo sentado en el palco.

Para mí es fácil halagarle, le sigo desde niña, le admiro incondicionalmente, como todos los que me conocen saben, y no contaré mi consabida historia de la foto de mi carpeta de colegiala, ni de los domingos de Gol Sur, ni de aquella feria en que le vi por primera vez en mi vida sin vestir de futbolista, ni de la noche en la que mi sueño literario se hizo realidad y quiso estar presente para compartirlo conmigo, para que todavía fuese más grande si cabe en mi particular mitomanía en verdiblanco. Ahora, cien días después, le agradezco sinceramente su esfuerzo, porque aunque no han sido un infierno, tampoco han sido fáciles estos cien días en el palco. Mantener a Mel contra los elementos, calmar las brasas arbitrales, conseguir un patrocinador para salvaguardar la temporada y además, hacer vestuario. Él ha formado parte de uno y sabe cómo tratar a un futbolista, él es un mito del beticismo y sabe lo que eso representa, él tiene carisma por sí mismo y en él muchos tenemos al Real Betis Balompié representado. Gordillo es así y por ello, le agradezco, como bética y como persona su trabajo estos cien días como presidente como le agradecí sus galopadas por la banda en tantos domingos de esa relación de amor con la banda izquierda del Villamarín. Cuando se marche, tras hacerse la foto con su equipo en primera división, no le echaremos en falta. Gordillo siempre estará al lado de los béticos que tanto le admiramos y le queremos, los miles de béticos, que tuvimos la suerte de haber disfrutado de la magia del eterno tres sobre la hierba y que estamos orgullosos de que haya sido él quien haya venido a poner luz en la mañana tras tanta oscuridad loperil, para devolvernos a los béticos ese Betis que al menos para mí, siempre correrá con las medias bajadas y llevando el tres a la espalda.

2 comentarios:

  1. Me gusta su sensibilidad cada vez que escribe de don Rafael, Dama.

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  2. Emotivas tus palabras y un merecido homenaje.

    Un abrazo

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