Crónica del 4 de Marzo, 1ª parte.

Tenía asiento reservado en la primera fila, así me indicó Claudio, el simpático guionista de acento argentino que me tuvo veinte minutos al teléfono para preparar el programa que se retransmitiría en directo desde Sevilla mientras la gente que entraba en Polvillo me miraba atónita. Ya empezaba a estar alucinada, iba a ir al programa de Gemma Nierga e iba a hacer otro sueño realidad. Ya son tantos sueños reales que no sé qué proponerme a partir de ahora. Cuando Olga, la chica de la camisa de cuadros verdes y labios rojos me llamó en un descanso publicitario para subir al escenario no me puse nerviosa, simplemente me tranquilizó el recibimiento de Gemma con su sonrisa y su par de besos invitándome a sentarme a su lado. Observé sus guiones, su pañuelo, precioso, su letra, sus tachones, su bolígrafo y sus manos, delgadas y sin anillos. Observé a Juanjo Millás, tan Juanjo Millás, con sus gafas y su chaleco de cuero negro. Me saludó y se mostró amable y educado, pero Gemma... me quedo corta si puedo expresar lo que significó estar sentada a su lado mientras Magdalena Álvarez hablaba de cifras y euros. Por esa foto si que daría yo mis euros y mis cifras, al menos es curiosa. Una vez que la voz más cálida de las ondas pronunció mi nombre y el título de mi novela ante la audiencia española entre las que me encuentro, pensé... Reyes, esto es increíble.

Continuará...

Fotos: Amador, mi agente adorado.