Ni recuerdo la de años que hacía que no me subía en la noria. Sólo ver su cara sirvió para aceptar sin dudar su propuesta y sacar los tickets para ver la feria desde arriba, ... e incluso el campo del Betis! Ayer, cuando hacía la comunión, le miraba orgullosa por el mero hecho de ser su madre. Tan alto, tan tímido, tan él, y me sentía, sentada en el banco de esa horrible y fría iglesia moderna de barrio, la mujer más feliz de la tierra. Parece que fue ayer cuando ese mes de febrero de hace diez años dejó de llover para que, casualmente, con su llegada al mundo, explotase una primavera plena que solo su sonrisa, la dejaba mustia. Esa sonrisa ilumina mi vida, como una pequeña calle del infierno en mi corazón, por ello, y aunque en la iglesia moderna no estaba sonriente ya que su timidez le puede, me quedo con esos escasos minutos subida en la noria a su lado y verle emocionado buscar el Villamarín que no se ve desde arriba ni en sueños, y menos de noche, pero mientras lo observaba pensaba que es una suerte inmensa la mía en ser su madre.
Que entrañables momentos y que entrañables recuerdos los que te ha arrancado la noria, es como para estar toda la vida subida en ella.
ResponderEliminarUn abrazo
Esa sonrisa ilumina tu vida, que sea así siempre.
ResponderEliminarUn beso
Uf, qué emocionante. Enhorabuena al hijo, por la madre.
ResponderEliminarComo vas a ver el campo del Betis, si ya ahí que mirarlo desde abajo
ResponderEliminarEntrañable historia solo que a mi las alturas me dan vértigo…no podría subir a la noria
Besos
FELICIDADES, REYES, POR TU HIJO.
ResponderEliminarMARAVILLOSO MOMENTO.
UN ABRAZO.
Es que el Puntillitas es tan lindo...
ResponderEliminarFdo. Piruleta