"Amapolas en el campo infinito de tu cuerpo..." dice el poema que me regala otro tipo de trianero, quien me llama por teléfono cuando regreso tras rodear la calle Betis en bici para mayor placer de la vista y del alma y que me obliga a pararme, sentarme y dejarme llevar por la brisa del río que separa a las dos orillas, envuelta en todo tipo de sensaciones y pensamientos. Al final van a llevar razón, y quizás Triana tenga algo diferente, o sus trianeros, quien sabe.
martes, 18 de octubre de 2011
Cicerones de la otra orilla
No soy yo muy experta en temas trianeros, lógicamente hablo del barrio, pero últimamente todo me conduce allí. Hoy tenía una cita con cierta parte importante de mi nuevo propósito literario y tenía la cabeza en mil sitios a la vez mientras pedaleaba por sus calles y removía el café en una placentera conversación. Hace mucho, cuando intentaba aprender azulejería en la calle Rodrigo de Triana, alguien me prometió descubrir una Triana que desconozco; ciertos trianeros de ilustre pasado bético también me lo han propuesto, pero nunca me ha dado por aceptarles como cicerones. Quizás la última propuesta que he recibido haya sido la más sugerente.
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Sin lugar a dudas yo creo que sí.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy bonita "rêverie"
ResponderEliminarAmapolas; dulce ramo:
ResponderEliminarcada flor es un amor,
y cada pétalo
...un beso.
Besos cerámicos cuajados con la calidez de tus palabras. Gracias, por sentir lo que yo siento, mi vida es menos solitaria.
Firmado: Elvira.