sábado, 12 de noviembre de 2011
"Satisfacción"
Precisamente iba de camino hacía allá, sin más remedio. Lo que necesitaba comprar lo hacía necesario y aún me costó más tras oír, minutos antes de entrar, una de sus cuñas publicitarias que tan a menudo acompañan a mi querido Francino. Esta me la tragué entera, cuando la mayoría de las veces me saco el auricular de coraje que me da escuchar memeces de la índole de "haga sus compras cómodamente", "todos los complementos necesarios para una primavera a la moda" o "satisfacción, una palabra que define a nuestros centros". Ésta me mató. ¿Satisfacción es meterse dentro?, para mí no, desde luego. Y en esas andaba cuando, iluminada por un ángel, vi lo que buscaba rápidamente y abordé a la primera señorita para que me cobrase; antes había tenido que rogarle a la de los perfumes que no se le ocurriese, cosas de mi pituitaria y mis alergias, y dar la vuelta a la planta buscando la escalera de subir. Mientras me cobraba, que yo observaba con admiración cómo llevaba los ojos pintados, intentó darme conversación, gran error. Yo iba desprovista de mi Francino porque en el interior de "Satisfacción" hay interferencias, como en una nave espacial, y estaba desarmada. La callé diciendo que no acostumbraba a ir a ese lugar a comprar ni un mechero. Ella me miró como si le hubiese hablado en alemán. Miré al suelo y llevaba, para mi sorpresa, botines. Volví a mirarla a los ojos y al suelo para regodearme con esa "insatisfacción" en el reino de lo perfecto mientras me lo envolvía de regalo, un papel bastante cursi. Intentó el contraataque diciendome "qué papel más mono, ¿verdad?", a cuya pregunta respondí con mi habitual sonrisa paralizadora semi cara de asco. El envoltorio se hizo eterno mientras comentaba con otra compañera los dientes de los niños y sus consecuencias, intentando hacerme partícipe de la conversación. Los botines ya me hizo sopesar que en "Satisfacción" las cosas ya no son como antes, máxime cuando al entregarme el ticket me ofrece otro, con mucha amabilidad, para que me haga amiga del centro "Satisfacción" por el facebook.
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Reyes: ¿Satisfáschion no era de los Rolin? Es que eso de los botines me ha dejao pasmao. Espero que por lo menos fueran de marca. ¿has pensado en eso de arreglá pero informá de la ínclita Martirio?.
ResponderEliminarUn abrazo.
Era y es de los Rolling, pero esa versión. Hay otra satisfacción que me gusta más, es la que suena de fondo, de Paul Carrack.
ResponderEliminarY no eran de marca, tenían toda la pinta de ser de los chinos, para mayor "satisfacción" mía, que no salía de mi asombro. Martirio tenía glamour, pero la dependienta ni siquiera eso, jajja. Un beso.