domingo, 4 de marzo de 2012

Galeras calentitas

Era predecible que en aquel pueblo no se comprendiese que una mujer pudiese estar pendiente de un partido. La verdad es que es triste reconocerlo, pero era predecible. Era una osadía entender de fútbol. El local estaba casi lleno. En una mesa, tres personas mayores debatían sobre algo nada interesante, en la barra, un señor con chándal aseguraba, casi a gritos, que el Barcelona era un equipo de suerte, mientras su acompañante no le echaba ninguna cuenta, cosa que sí hacía con unas galeras calentitas, especialidad de la casa. Los camareros, entre comanda y comanda, miraban como hipnotizados el partido, tras marcar Keita un golazo que levantó hasta la mirada de la señora del señor del chándal, incluso la mirada de las galeras calentitas. En una mesa, una pareja con un niño esperaba su pedido, justo debajo de la televisión situada en una esquina del local, sobre una pared llena de escenas típicas del lugar. El camarero se acercó para dejar la consumición y así, poder contemplar con detalle los primeros compases del Sevilla - At. Madrid, que ya llevaba un gol en contra. Hablaba con el cliente y el niño del nuevo entrenador, y ella se atrevió a dar su opinión, bastante concreta, y que nada tenía que ver sobre los más que generosos atributos físicos del mismo; opinión que fue ignorada por ambos. Después, hablaron de cierto jugador recién llegado, y ella dio su opinión sobre el mismo, ligeramente contraria a la de los dos, quienes no opinaban de igual manera. Opinión que fue ignorada por ambos, con el obsequio de una mirada fulminadora y humillante que acabó por anularla acto seguido. Ella pensó entonces que quizás la acompañante del señor del chándal que seguía con su disertación sobre la suerte culé, era más inteligente. Dejó a ambos diseccionando el partido y pidió una de galeras calentitas.
La casualidad quiso que el autor del empate, que se producía en ese momento, fuese ese jugador recién llegado, y entonces disfrutó como nadie tras ver cómo el cliente reconocía su particular gol por la escuadra, y el camarero no sabía dónde meter la cabeza, tras pedir otra de galeras calentitas más rojas que nunca...

8 comentarios:

  1. Ayer, en el Nuevo los Cármenes, dónde el Granada sucumbió con honor e inmerecidamente ante el Valencia, mi mujer dejó callados a dos aficionados de mucho canal+, frutos secos y mando a distancia, y muy poco fútbol de estadio, que no dejaron de decir sandeces en todo el encuentro...

    ¡Qué suerte poder ir con tu mujer al fútbol y que, encima, entienda!.

    Un beso desde Granada

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  2. Bonita descripción ambiental.

    m-doble

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  3. SI ES GUAPA SI, PERO SI ES FEA MEJOR NO

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  4. LA FOTO ES DE QUEEN,QUE PINTA ESTÁ FOTO CON TU COMENTARIO SOBRE LAS MUJERES QUE LES GUSTA EL FUTBOL, NO TIENE NADA QUE VER NO?

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  5. ¿Qué no tiene que ver? Esa canción tiene que ver con toda aquella mujer que quiera ser libre. O que su opinión no sea menospreciada por el mero hecho de ser mujer cuando, por ejemplo, opine sobre algo tan masculino como el fútbol

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  8. El que tenga problemas.

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