domingo, 14 de octubre de 2012

La luz de Triana

Hoy es otro catorce de octubre para no pasar por alto su recuerdo. Jesús de la Rosa se quedaba tal día como hoy en la carretera de Burgos dejándonos su luz y su sentimiento para siempre. Una luz que todos llevamos dentro y que nunca se apagará porque cada vez somos más los iluminados por ella. Cada vez somos más los que estamos orgullosos de oír sin cesar sus discos, sus letras, su manera de cambiar la música y el orgullo de reconocer que hubo personas capaces de hacerlo todo diferente en la música. De hacer de una música rockero andaluza y electrónica la seña de identidad de una Sevilla distinta, capaz de remover conciencias y abandonar lo típico; capaz de calar el corazón e impregnarlo de aroma fresco, de crepúsculo lento, de fina lluvia y de noches de amor desesperadas, de frialdades ajenas y de mañanas desnudas; de dejarte incapaz frente a tanta genialidad en tres personas y la luz de una vela, como si se hubiese creado la banda sonora de una manera de ser en esta ciudad. Me atrevería a denominarlo así, las señas de identidad de una manera distinta de ser sevillano.
Cada vez que suena Triana algo dentro de mi interior y de nuestro interior se enciende; cada vez que hablas con alguien que también siente el rock de la calle Feria correr por las venas sabes que no estás sola, que necesitas que alguien que te comprenda, que sepa escuchar, porque la vida se nos va, y del pasado no vamos a vivir, y que con nuestro tiempo queremos sentir. Un fragmento de "Necesito", un temazo de un disco imprescindible, Hijos del Agobio, del cual tomo esa frase como mi propio himno, porque usas sus canciones como explicaciones, excusas, pretextos e incluso, razonamientos. "Quiero sentir algo que me huela a vida, que mi sangre corra loca de pasión, descubrir la música que hay en la risa, la luz profunda, y el amor".
Era muy niña cuando oí "En el lago" por primera vez. Esa música se me coló por la piel y se cosió al forro del alma para nunca más salir. Hay más grupos, y más músicas, y más canciones, y más melodías, pero indudablemente la luminosa mañana que me trajo la voz de Jesús de la Rosa en aquellos lejanos años ochenta, nadie ha sabido ni ha podido reemplazar. Es la música de mi misma, la de mi alma, la que mejor me define, la que más me transmite. Es mi música.
Un teclado, un gong, una guitarra, una batería, una voz, una vela encendida y la mirada de un gato nos reunió allí y todo comenzó a surgir como un sueño, y no hay día en la vida de quien os escribe que no me emocione la voz de Jesús de la Rosa. Ni un solo día, especialmente hoy.


2 comentarios:

  1. "Se oye un rumor por las esquinas, que anuncia que va a llegar, el día en que todos los hombres, juntos podrán caminar, la guitarra a la mañana le hablo, de LIBERTAD".
    Sublime, inigualable, amiga Reyes un beso muy fuere.
    JESUS DE LA ROSA, siempre en el recuerdo.

    ResponderEliminar
  2. Curiosamente!! me acuerdo perfectamente del día de su funeral.

    Pues íbamos unos amigos en el coche a hacer alguna de las nuestras, cuando pasamos por Villaviciosa de Odón y en la carretera que lleva a las puertas del cementerio, ese día un reguero de gente acudía al campo santo, y alguien dijo, que estaban enterrando a Jesús de la Rosa…así me entere de la mala noticia ¡por supuesto! metimos uno de los muchos cassetes que llevábamos en un gesto de homenaje, a uno de los mas grandes.

    Muchos años después me encontré con Tele en ese mismo pueblo…y me dio mucha penita, pero esa es otra historia.

    Saludos

    ResponderEliminar