domingo, 30 de diciembre de 2012

Inventario

En vez de hacer balance este año, que tantas cosas especiales me han pasado, haré inventario. Lo más importante de dicho resumen será mi amigo Carre; a quien pensé que nunca volvería a ver, ni a reírme con sus cosas y ahora no solo he vuelto a hacerlo, sino que además, me ha regalado todo un pregón de semana santa al decirme que él si que ha visto a la Macarena que nadie ve. Él fue mi particular filosofía del manquepierda, un título que a día de hoy, empieza a meterme dentro de la palabra escritora y que quizás, me lleve a mirar el puente de Brooklyn la próxima primavera. Sueños que se van cumpliendo, como presentar ese segundo libro entre tanta gente especial y al lado de mi Rafael Gordillo.
Muchas puestas de sol sanluqueñas y más turbulencias personales; un Domingo de Ramos luminoso con un momento de oro al son de "Soleá dame la mano" y una temporada redonda de mi Betis aunque todavía me duela la manita de los cojones. Me dolerá ciento cincuenta años. Momentos musicales inolvidables; dos veces Veneno, uno de ellos con noche divertidísima secuestradora entre hermanas, Drexler con susurros, un chasco cucharero de Manolo García, un pelotazo de homenaje a Máximo Moreno acabado a las claras del día, un descubrimiento musical de cinco estrellas que ha acabado en amistad especial con Andrés, "Pájaro", uno de los mejores guitarristas del mundo, sin duda, con arrimo y sin arrimo, y también, claro, la inmensa pena de no haber podido ver a mi Norah Jones en la Villa y Corte. También han habido muchas letras sonoras en mi programa de radio, el momento de la semana que me llena de felicidad total, gracias a mis electroimanes de palabras.
He aprendido, con mucho esfuerzo, a mandar a gente al congelador, y cada vez están más apretados. De momento, puedo sentir la tranquilidad de tener a mi lado a gente que todavía merece la pena; pocos, pero haberlos, haylos. Me he decepcionado de mucho/as con inmenso dolor, que conste en acta.
Perdí mi bici, muchas horas con gente prescindible absolutamente, y algunas lágrimas innecesarias. No pude entrar en Filología Hispánica por treinta décimas en la nota de corte y creo sinceramente, que nunca seré universitaria. Ahora Rajoy me lo impide.
En Cádiz encontré mi lugar en el mundo. Duele Cádiz porque me encoje el alma su recuerdo, ya que es lo más parecido a mi Macondo. Me fui a despedir el mundo según los mayas con mi amiga Inma al Rinconcillo, tomé café con José de la Tomasa, interrumpí un video clip de Medina Azahara, descubrí al escritor Antonio Orejudo para mayor satisfacción, y me aficioné a echarle miel a todo. Pisé el césped del Carranza y me fotografié con Juan José, "Sandokan", alguien que tuvo, y retuvo y escribí mi primer artículo para que lean historias del sur en Castilla y León digitalmente. También abrí una cuenta de twitter que a día de hoy, todavía no me hace chiste. Este año me desharé de ella, mira por dónde. Primer propósito. Mis nuncas y mis jamases, segundo propósito.
Mi madre se operó de su espalda y mi hijo Jesús empieza a hablar en la lengua de la Merkel perfectamente, aunque a veces me hable fatal en la de Cervantes, pero eso son cosas de la edad, como diría mi madre. A Carlitos le empieza a llamar la atención el Rock and Roll, y suspende plástica, pero él es especial, y ya no quiere ser presidente del Getafe. Ambos me llenan de satisfacción maternal.
Conocí a Galeano, me firmó, me dio la mano y volé, a Almudena Grandes, a Gabriel Humberto Calderón y al Yuyu, y ví torear en la Maestranza a Manzanares con el recuerdo a mi abuelo, quien sigue presente en cada firma de cada libro que dedico.
Llevaré, cosidos al forro de mi alma, algunas películas revisionadas y maravillosas, como "Casablanca", "Sed de mal", "Cinema Paradiso" o el final de "El Padrino II", y algunos lugares que ya, son fundamentales, como las Setas de la Encarnación con sus cometas, Arcos de la Frontera o la Vega de Carmona. También se cuela a ese cosido alguna canción, alguna miguita de pan y algún sms, pero esas son cosas mías...
Ahora me espera un año lleno de acontecimientos en el que reiré y lloraré, como suele ocurrirme gracias a la montaña rusa que llevo dentro de mi, y seguro que buscaré muchas veces en sus ojos la respuesta o el sentido a todo, con una mezcla de amor, duda, desesperación e incomprensión. Sólo quiero intentar seguir siendo fuerte y segura para recurrir a mi hermana y sus eficaces antídotos, (ella sabrá el porqué) lo menos posible.
Me dejaré crecer el pelo para acabar cortándomelo y seguiré haciéndome los mismos propósitos para el próximo año que después, nunca cumpliré. De momento a la vida le pido seguir disfrutando de mis caminatas, mis hijos, mis observaciones, mis canciones de Triana, mis pocos amigos, mis muchísimos conocidos, mi música, mis mañanas con Pepa Bueno añorando a Francino, mis fogones admirando a Ángels Barceló, mis lecturas, mi Betis, el ruido atronador de mi pájaro, mis escaqueos, mis interesantes charlas con desconocidos, y el soñar, un año más, con que será posible alguna vez oir las campanas de Santa Catalina desde la que será mi casa. Sobre todo quiero eso, no dejar de soñar nunca. Al menos no dejar de hacerlo este año que acaba en 3, como el dorsal de Gordillo.

3 comentarios:

  1. Espero que todos tus sueños para el próximo años se conviertan en una embriagadora realidad.Un beso y un abazo fuerte de tu amigo.

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  2. No seré yo quien decida tus momentos musicales inolvidables, pero ¿de verdad que no se te ha olvidado ninguno?. 18 de Agosto... Palacio de la Buhaira...

    Al pájaro tengo que escucharlo en acción. A ver si algún Domingo puedo tirar para la Caja. Porque este de Reyes creo yo que no tocarán, ¿no?.

    Feliz año y que al menos algunos, los más importantes, de nuestros sueños, proyectos y propósitos, vayan hacia adelante.

    Precioso.

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  3. Pues que se cumplan todos tus deseos y sigas siendo feliz manteniendo sueños.
    Felicidades.

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