miércoles, 17 de septiembre de 2014

La ocupa emocional

Ultimamente iba cumpliendo sueños con más o menos proximidad, y lo mejor, los iba pespunteando en el haber de su lista de propósitos como pequeños anticipos de aquello que aún le quedaba por llegar, y que no dudaba que le llegaría más tarde o más temprano.
El destino quiso que un día cualquiera, de esos que no sabes qué hora es, como diría Nacha Pop, se encontrase frente a una fachada pintada de verde con grafiti y una puerta de madera con una cerradura mirándola como la puerta del paraíso. En la mano, un manojo de llaves sin llavero, del que colgaba una tarjeta del supermercado DIA y en el corazón, el latido extraño que experimentaba por primera vez, la ajena sensación de vivir sola en una casa en el centro. Todo era fascinante, estrenaba sensaciones sintiéndose como una okupa emocional. Una calle estrecha, de adoquines y pocos pasos, recibió un interior casi sin muebles y una escalera que peldaño a peldaño, la iba reencontrando con lo que ella algún día, querría llegar a ser. Fue al llegar a la azotea, a la maravillosa azotea sin macetas, entre antenas, cordeles, campanarios y hierbas rebeldes, cuando notó el dulce sabor de los sueños cumplidos. Y allí se sentó a escribir, a unir letras, a plasmar lo que era incapaz de sentir, y las campanas sonaron, haciendo realidad el sueño de una Elvira de carne  hueso, lejos del mundo y del tiempo, porque independientemente de la hora que fuese en el bronce de aquellas campanas, para ella el tiempo se había parado inevitablemente ahí, en el portal de madera de la fachada verde con grafiti, justo donde habita ese sueño por cumplir, en ese lugar que era justamente, lo más parecido a ella misma.

6 comentarios:

  1. Uffff sin compañia que triste

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  2. Nada más lejos de su comentario, querido anónimo...

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  3. Se puede estar solo/a y sentirse muy bien acompañado y al contrario. No soy el primer anónimo. Para nada creo que haya captado la metáfora de tu escrito, Reyes. Muy profundo, como siempre.

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  4. Ella sigue ocupando un lugar en los sentimientos de muchos. No hace falta que lo jure nadie. Se ve, se nota y se siente.

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  5. Si Elvira encontro la azotea de sus sueños, ¡ felicidades !, sino a vivir hasta el ultimo instante la dulce ocupación.Besos y abrazos, querida amiga.

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  6. Si Elvira encontro la azotea de sus sueños, ¡ felicidades !, sino a vivir hasta el ultimo instante la dulce ocupación.Besos y abrazos, querida amiga.

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