Janis Joplin me devuelve a mi misma cuando necesito volver a mi misma. Su voz, su pasión y su manera de cantar con el cuerpo y con el alma, lo hacen posible, y además, me reafirman en seguir siendo como soy y no bajar la guardia. La lectura me eleva, y además, me hace inmensamente feliz. Y ahora más, que descubro textos, autores, lugares, paisajes y costumbres, donde siempre hay una frase esperándome. También acudo a los de siempre, a quienes releo, a quienes escucho. A quienes siento. Me dejo ir mientras busco la cara oculta de la luna, los llantos de Lucille, la escalera hacia el cielo, o la tregua que Mario Benedetti me concedió para contar luminosas mañanas desde la azotea de mi corazón.
Ellos nunca me fallan. Son la mejor manera de reencuentro, cuando en momentos puntuales de nuestras vidas, nos perdemos entre nosotros mismos.
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