viernes, 28 de noviembre de 2014

Mágina on the storm

Por Mágina cabalgan los jinetes imaginarios en la tormenta que solo se escucha con la voz de Jim Morrison sobre las letras silenciosas de Antonio Muñoz Molina. Quiso el destino que otra noche de tormenta, en el mágico recinto de la Universidad, conociese al escritor que mejor sabe contar historias, para después, hacerlas mías.
Con admiración, le oímos hablarnos de la pasión por contar lo que se ve, y lo que se escucha, y lo que la gente le cuenta, que en definitiva, es la esencia del placer de escribir, y a posteriori, la inmensa satisfacción de leer.
Hoy será para mi un día inolvidable, porque escuché la voz de quien siempre me habla en silencio, y porque dejó sobre mi "Jinete Polaco" una dedicatoria llena de complicidad, reparando en lo ajado de mi ejemplar como el mejor de los pagos y en mi sugerencia para volver a los Doors en noches como estas. Y mientras ello ocurría, yo no me podía creer que estuviese allí, delante de quien tan feliz me ha hecho haciendo mías sus historias, intercambiando un espacio entre escritor y lector por donde cabe la complicidad que solo quien lee conoce y experimenta. Allí estaban los caballos cabalgando por la tormenta, Lisboa, su invierno, los perdidos sin identidad de Sefarad, la ausencia de Blanca, el tiempo, la vida, Manhattan y sus ventanas, Beatus Ille, el plenilunio, el Comandante Galaz, el Robinson Urbano, el viento de Madrid, Beltenebros y el latido de mi corazón sobre la mano que le extendí a modo de sincero y emocionado agradecimiento, la cual fue recibida por la suya con galante amabilidad.
Nunca olvidaré su consejo, "una novela se escribe para confesarse, y para evadirse", como tampoco olvidaré el día que le puse voz a los textos de quien leo con la utópica pretensión de llegar algún día a parecerme a él escribiendo, y que sonó una noche perfecta de "riders on the storm".