viernes, 12 de diciembre de 2014

Elvira

No es difícil toparse con Elvira en aquel bar, escenario perfecto de una novela de la cual, siempre da la impresión de que ella esté recién salida. Ella y el bar son personajes reales de una irrealidad novelística absolutamente.
Tomaba café pensando en sus cosas, con la mirada perdida tras la cristalera por donde la gente iba y venía. Llevaba un jersey negro de cuello vuelto que destacaba sus caracterísiticos pendientes de plata y su sonrisa habitual, que exhibió al verme. La encontré más delgada y más tranquila, aunque con los ojos apagados, cosa inusual en ella. Hablamos poco porque yo llevaba compañía, lo que me permitió observarla desde mi mesa, en la otra punta del bar, mientras me hablaban de trabajo. Sonaba de fondo música brasileña, aunque hubiese venido de perlas que hubiese sonado cualquier canción de Triana. Estuve torpe al no decirle al camarero que cambiase el disco.
Pude adivinar, el tiempo que estuve observándola, que estaba triste, solo por su manera de remover el tiempo con el café mientras por sus manos circulaba el calor de la taza.
Al finalizar se acercó a mi mesa a despedirse, y aprovechando la intimidad que me proporcionaba la circunstancia de que mi compañera estaba en el baño, le pregunté si estaba bien. Con su risa habitual me contestó que sí, pero que últimamente le dolía una canción de Sabina de la que se acordaba cada vez que entraba en ese su bar; "al lugar donde has sido feliz, no debieras tratar de volver".
No me hizo falta más. La ví salir del bar con su bufanda verde, sus manos en los bolsillos y su enorme bolso en bandolera, dejando tras sus pasos una ligera estela de melancolía. Elvira siempre fue así, la mujer alegre que a veces sufre, la solitaria entre la multitud, la protagonista de una historia sin final. Y ese bar, como el mejor escenario de una novela, donde ella vive, con sus recuerdos, sus sueños y sus realidades.

Y le dije al camarero que pusiese a Sabina, porque además, eran las once de la mañana del día once. Suficientes motivos para no pasar por alto un día digno de ser contado, como haría su protagonista. Como haría Elvira.