sábado, 20 de diciembre de 2014

Sara

Sara podría ser yo misma hace unos veinte años. La "Sara dulce, cuéntame" de la canción que le cantaba cada vez que la veía, cuando era una niña de flequillo y sonrisa cautivadora, inevitablemente porque me salía la vena ultimodelafilera. Esa niña creció, poco y mucho, y es ahora una madre joven, responsable, independiente, resolutiva y valiente, que me demuestra que las mujeres que yo defiendo, existen y que gracias a ellas, aún hay esperanza de no perder la esperanza.
Ella soy yo, y en cierto modo, porque me recuerda a mis veintipocos años, cuando como ella, y muerta de miedo, llevaba de la mano a una responsabilidad de pocos años que además, como a ella, me hacía y me hace, tremendamente feliz, y quien como a mi, le da la misma vida cada vez que sonríe. Alguien con quien juega, se ríe, comparte y sobre todo, madura, y por ello, en esos azulísimos ojos, veo lo que yo fui y veo lo que ella será, porque estoy convencida de que Sara será lo que quiera ser, porque ha sido capaz de cambiar su vida, como así ha sido, sin que nadie se lo impida.
Cuando esa responsabilidad de pocos años que ahora se viste de angelito mire hacia atrás y la vea, recordará lo que se divirtió mientras el viento de la playa le revolvía la rubia melena de quien de niña, la llevaba recogida en una coleta y con flequillo.
Sara sabe querer y cerrar puertas que no encajan, dejando fuera aquello que hace que se cuele la corriente. Ella sabe lo que debe tener lejos y cerca en su vida, aunque duela, pero sobre todo, sabe ser libre y una buena madre. Y como se que le gusta leer las cosas que escribo, aprovecho para decirle que desde la distancia que dan los años, sé que su determinación y su confianza en ella misma serán las mejores armas para lograr lo que quiera en el futuro, por supuesto, siempre con su responsabilidad que se viste de angelito muy cerca de ella, y el bendito despertador que a veces, suena para que se de cuenta de lo que tiene a su lado, que seguro la mira a esos azulísimos ojos y le dirá, muy bajito y al oído, que es como se hablan los enamorados, esa frase que tanto me recuerda a ella cuando la escucho... "Sara dulce, cuéntame".