martes, 14 de octubre de 2014

La luz de Triana


Jesús de la Rosa se quedaba un catorce de octubre de hace treinta y un años en la carretera de Burgos dejándonos, para siempre, esa luz que todos llevamos dentro. Una luz que nunca se apagará porque somos muchos los que la llevamos en el corazón, y porque con ella, nos iluminamos la vida, el sueño, la libertad y el amor. Somos muchos los que estamos orgullosos de formar parte de esa fuerza que lo cambió todo y que nos atraviesa, con sus notas, con sus letras, y con su música, el alma, el cuerpo, la piel y la pasión.
Triana es la vida, es el amor y es, la música de mi vida, mi propia banda sonora. El inmenso honor de admirar a quienes hicieron posible lo imposible; cambiarlo todo, hacerlo todo diferente en la música. De hacer del rock andaluz, la seña de identidad de una Sevilla distinta, capaz de remover conciencias y abandonar lo típico; capaz de calar el corazón e impregnarlo de aroma fresco, de crepúsculo lento, de fina lluvia y de noches de amor desesperadas, de frialdades ajenas y de mañanas desnudas; de dejarte incapaz frente a tanta genialidad en tres personas y la luz de una vela, como si se hubiese creado la banda sonora de una manera de ser en esta ciudad. La musical manera de ser sevillano, como Font de Anta, como Manuel Molina, como la Niña de los Peines, como Turina; Jesús de la Rosa fue el acorde de una manera distinta de ser sevillano.
Cada canción de Triana, oída tantas veces que no sería capaz de enumerar, consigue que algo dentro de mi se encienda; cada vez que hablas con alguien que también siente el rock de la calle Feria correr por las venas sabes que no estás sola, que necesitas que alguien que te comprenda, que sepa escuchar, porque la vida se nos va, y del pasado no vamos a vivir, y que con nuestro tiempo queremos sentir. Ese fragmento de "Necesito", es una balsa en el océano, un oasis, una bocanada de aire fresco, porque a veces, usas sus canciones como explicaciones, excusas, pretextos e incluso, razonamientos. "Quiero sentir algo que me huela a vida, que mi sangre corra loca de pasión, descubrir la música que hay en la risa, la luz profunda, y el amor". Triana enlaza, une y reúne, y sé muy bien lo que digo. ¡Cuánto tengo que agradecerle a su música!
Era muy niña cuando oí "En el lago" por primera vez. Esa música se quedó en mi corazón y de ahí, no ha salido, y han llegado más grupos, y más músicas, y más canciones, y más melodías, pero indudablemente la luminosa mañana que me trajo la voz de Jesús de la Rosa en aquellos lejanos años ochenta, nadie ha sabido ni ha podido reemplazar. Es la música de mi misma, la de mi alma, la que mejor me define, la que más me transmite. Es mi música, no hay más.
Un teclado, un gong, una guitarra, una batería, una voz, una vela encendida y la mirada de un gato nos reunió allí y todo comenzó a surgir como un sueño, y no hay día en la vida de quien os escribe que no me emocione escuchar la voz de Jesús de la Rosa. Ni un solo día, y hoy, especialmente, siento más fuerte que nunca esa voz, esa emoción y esa luz que todos llevamos dentro.

7 comentarios:

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  2. De acuerdo en todo. Ya se la echaba de menos, Reyes.

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  3. Triana siempre triana, le a gustado verdad, en la letra sonora si no me perteneces ppr qué pienso en ti , creo, en su caso está enamorada de alguien y solo le queda lo único pensar en él, esque no se le entiende.Algo imposible?.Que lio..

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  4. Ha, del verbo haber, se escribe con hache, y amor, del verbo amar, sin ella.
    Anónimo... se escribe como tu quieras.


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